Dra. Foglia Fernández
La cirugía tiroidea incluye la extirpación de nódulos o la extirpación parcial o total de la glándula de la tiroides. La operación de tiroides se realiza respondiendo a diferentes causas: por la realización de biopsias cuando se trata de evaluar nódulos tiroideos; por la presión de los nódulos o bocios en estructuras adyacentes que dificultan y causan molestias en la deglución y respiración; por cáncer tiroideo; o por la posibilidad de que la glándula o el nódulo o el bocio lleguen a ser cancerosos. En la cirugía de tiroides se recomienda una extirpación total de la glándula en los casos en que los nódulos benignos y bocios estén haciéndose grandes o estén causando molestias, mientras que la extirpación parcial se realiza en el caso de la presencia de nódulos unilaterales o hiperactivos. Para casos de cáncer papilar o folicular se recomienda una extirpación total que puede llegar incluso a los ganglios linfáticos en caso de tumores grandes. Asimismo, para algunos casos, en la actualidad los avances médicos permiten realizar esta operación mediante cirugía por laparoscopia.
La cirugía plástica facial es una rama de la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora que puede llevarse a cabo, además de por los cirujanos plásticos, también por parte de cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, oftalmólogos o dermatólogos formados en dicha área. Su objetivo es la corrección y/o mejora de anormalidades en la cara de origen congénito, adquirido, tumoral o involutivo, que requieran reparación o reposición de la forma y su función.
La cirugía plástica facial abarca un abanico muy amplio de intervenciones, desde procesos ambulatorios y poco invasivos como la eliminación de lesiones pigmentadas y cicatrices bajo anestesia local, hasta cirugías complejas como la extirpación de un tumor facial o armonización facial tras un accidente bajo anestesia general.
Según de para qué se emplee, se pueden dividir las intervenciones de cirugía plástica facial en dos grandes grupos: la cirugía reconstructiva o reparadora y la cirugía estética o cosmética.
La intervención dependerá de cada caso a tratar. Generalmente, se empieza el proceso con una o varias consultas previas al cirujano, quién valorará la situación y explicará al paciente las opciones de tratamiento quirúrgico existentes, cómo será el pre y post operatorio y los resultados que puede esperar.
Es muy importante que en todo el proceso exista una buena comunicación entre cirujano y paciente, que el especialista se asegure de hacer entender al paciente el proceso que va a iniciar, los riesgos que comporta y los resultados realistas.
Antes de la operación, el especialista puede requerir que se realicen pruebas como análisis clínicos para comprobar el estado de salud del paciente y asegurar que puede someterse a la intervención.
El tipo de anestesia, la duración de la intervención y los riesgos de la misma dependerán de cada caso concreto.
El post operatorio y cuidados de la intervención dependerán de cada tipo de cirugía en concreto, aunque en la mayoría de intervenciones faciales es necesario un periodo de reposo tras salir del quirófano.
También es característico de las operaciones de cirugía plástica facial que se produzca hinchazón en la zona y los resultados definitivos tarden semanas o incluso meses en aparecer, al remitir la inflamación.
Para algunas técnicas que se han abordado convencionalmente mediante la cirugía plástica facial, se han desarrollado en los últimos años técnicas alternativas sin cirugía, que ofrecen un resultado muy similar o igual al de la cirugía pero sin pasar por el quirófano, como el lifting facial sin cirugía.
¿Qué es la cirugía de las glándulas salivales? (incluir tipo de anestesia)
Las glándulas salivales principales, las que generan y vacían saliva en la boca, son tres pares: glándulas submandibulares, glándulas salivales sublinguales y glándulas parótidas. Así pues, la cirugía de las glándulas salivales es la que se encarga de extirpar alguna de estas glándulas. La anestesia durante el procedimiento dependerá de la glándula que se extirpe: si es de glándulas salivales mayores, como la parótida, anestesia general; si es de glándulas salivales menores, anestesia local.
¿Por qué se realiza la cirugía de las glándulas salivales?
Generalmente se realiza para extirpar los tumores que crecen en dichas glándulas y analizarlos Se calcula que más del 70% de estos tumores son benignos (no cancerosos), pero hay que analizar cualquier bulto que se detecte.
Las glándulas salivales también pueden presentar otras patologías, entre las que destacan la sialolitiasis, que es la obstrucción de las glándulas salivales a causa de la presencia de cálculos de calcio que no permiten la salida de la saliva y que provocan la inflamación de la glándula salival afectada, y la sialadenitis, que es la infección de las glándulas salivales, que puede ser un efecto de la sialolitiasis, o estar causada por un virus o bacteria
¿En qué consiste la cirugía de las glándulas salivales?
Existen varias técnicas quirúrgicas en función de la glándula que se tenga que intervenir:
En todas las cirugías, el área se cierra con suturas una vez extirpado el tejido afectado. En algunos casos, puede ser que se necesite colocas unos drenajes temporales para eliminar líquidos, como saliva o sangre.
Preparación para la cirugía de las glándulas salivales
Antes de la intervención, el especialista puede realizar un examen físico incluyendo sus antecedentes clínicos, un análisis de sangre, pedir unas radiografías y hablar sobre qué medicamentos se pueden tomar y cuáles no.
Cuidados tras la intervención
Justo después de la intervención, el especialista observa los movimientos faciales pidiendo que sonría o haga gestos faciales y explica cómo cuidar el drenaje (si lo lleva). Una vez en casa, es importante seguir las indicaciones del médico sobre el cuidado de la herida y del drenaje. También puede ser que se vuelva al centro para retirar las suturas. Una vez retiradas, hay que lavar la zona con jabón suave y agua.
La hipoacusia, también conocido como sordera parcial, es la disminución de la sensibilidad auditiva. Esto afecta a uno y ambos oídos y se puede presentar en diferentes tipos y grados.
En cuanto a los tipos, pueden ser 3:
En la escala de los grados se encuentran los siguientes:
La hipoacusia puede presentarse en diferentes edades, por lo que los síntomas pueden variar. Entre los síntomas más comunes, pueden incluir algunas de las siguientes condiciones:
Otros síntomas pueden ser:
Las causas pueden ser por diferentes motivos. Algunos de ellos son los siguientes:
La prevención se basa en evitar en la medida de lo posible, los factores de riesgo. Esto también depende de la causa que lo origina, es decir, si la hipoacusia es genética, la prevención no es posible.
Es importante evitar volúmenes elevados, especialmente para promover una higiene auditiva saludable.
El tratamiento varía dependiendo del grado de la patología. En los casos donde es leve o moderado, el tratamiento convencional es la colocación de un audífono.
Para casos de hipoacusia profunda, se puede realizar un implante de conducción ósea que transmite el sonido a través del hueso del cráneo hasta el oído dañado. Es importante seguir las indicaciones de un otorrinolaringólogo.
RINITIS
Tipo: Enfermedad
¿Qué es la rinitis?
La rinitis es una enfermedad de la mucosa nasal. Es una inflamación del revestimiento mucoso de la nariz.
La rinitis puede ser aguda, con una duración inferior a los seis meses; o crónica, que se mantiene durante más de seis meses de evolución.
¿Qué síntomas presenta?
Los principales síntomas que presenta son estornudos, picor de nariz (prurito nasal), picor de ojos, picor de garganta, falta de olfato y obstrucción, secreción y congestión nasal. Debido a la congestión nasal, el paciente no puede respirar libremente ni con facilidad.
Los síntomas se presentan sobre todo por las mañanas, lo que provoca un malestar general en las personas. Esto puede ser confundido con un resfriado simple pero, el resfriado, va acompañado de fiebre y no dura más de una o dos semanas.
Causas de la rinitis o por qué se produce
Las causas de la rinitis pueden ser varias. De hecho, según su causa la rinitis puede clasificarse en tres grandes grupos: rinitis alérgica, rinitis no alérgica y rinitis atrófica.
La rinitis alérgica está causa por algún componente que causa alergia a la persona afectada. Se clasifica en estacional o perenne. Dentro de la rinitis no alérgica se encuentran la rinitis infecciosa, causa por un virus o bacteria; la rinitis vasomotora, debida al uso de medicamentos vasoconstrictores nasales; rinitis medicamentosa, por el uso de determinados medicamentos; rinitis hormonal, como consecuencia del hipertiroidismo o embarazo, rinitis hipertrófica; rinitis física, causada por frío o humedad en el ambiente; y rinitis mecánica, donde la causa se debe a vegetaciones, tabique desviado, tumores o cuerpos extraños. Por último, la causa de la rinitis atrófica es la reducción de los cornetes inferiores. Estos cornetes sirven para humedecer, filtrar y sentir el paso del aire por la nariz. Si se reducen provocan una inflamación en la mucosa debido al paso del aire.
¿Se puede prevenir?
Para prevenir la rinitis es conocer las alergias que uno padece y así poder actuar. La rinitis estacional es la más sencilla de tratar y prevenir. La principal causa es la alergia al polen y para prevenirla es importante evitar salir de casa por las mañanas, que es cuando hay una mayor concentración de polen; mantener las ventanas cerradas y la causa aspirada; y utilizar humificador en el hogar para ayudar a purificar al aire.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento de la rinitis alérgica más utilizado es la administración de medicamentos antihistamínicos. La rinitis seca, a diferencia de la alérgica, produce sequedad nasal, lo que puede conllevar taponamiento, hemorragias, costras y tirantez en la nariz. Puede estar ocasionada por el uso de determinados fármacos, el abuso de inhaladores para la descongestión nasal, la contaminación, cambios de temperatura o ambientes secos. El tratamiento consiste en utilizar productos hidratantes para mantener húmeda la mucosa nasal.
SINUSITIS
Tipo: Enfermedad
¿Qué es la sinusitis?
La sinusitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los senos paranasales, unas cavidades que están situadas detrás de la frente, las mejillas y los ojos. Se produce como resultado de una infección por virus, hongos o bacterias.
Hay dos tipos de sinusitis:
¿Qué síntomas presenta?
Los principales síntomas de la sinusitis son:
Causas de la sinusitis o por qué se produce
La causa de la sinusitis es una infección causada por virus, hongos o bacterias. Cuando las aberturas paranasales se bloquean, pueden crecer fácilmente bacterias u otros microorganismos. La obstrucción de las aberturas paranasales puede deberse a:
¿Se puede prevenir?
La mejor manera de prevenir la sinusitis es evitar la gripe y los resfriados. En caso de no poder evitarlos, es importante tratarlos rápidamente. Algunos consejos para prevenir la sinusitis son:
¿En qué consiste el tratamiento?
Por lo general, la sinusitis se cura por sí sola aunque también se pueden administrar antibióticos para reducir el tiempo de desaparición de la infección.
La sinusitis aguda se debe tratar durante 10 0 14 días, mientras que la sinusitis crónica se tratar durante un período de entre 3 y 4 semanas.
Si los síntomas no desaparecen con el tratamiento, puede llegar a ser necesario realizar una cirugía para agrandar la abertura y drenar los senos paranasales. La mayoría de las infecciones de los senos paranasales causadas por hongos necesitan cirugía.
El ácido hialurónico es una sustancia producida naturalmente por el cuerpo humano que se encuentra en el tejido conectivo de la piel, en el cartílago o en los tendones de las articulaciones, pero también en el cuerpo vítreo del globo ocular. En las articulaciones se encuentra en el líquido sinovial de las cavidades intraarticulares y les da viscosidad. Este líquido tiene varias funciones: impide que los huesos entren en contacto entre sí durante el movimiento, amortigua los golpes que llegan a la articulación y transporta los nutrientes al tejido cartilaginoso. Por lo tanto, es un poderoso aliado en la prevención del daño articular, especialmente en personas de edad avanzada donde hay un cartílago desgastado y, en consecuencia, evita la aparición de inflamación.
Cuando, por envejecimiento o patologías específicas, el ácido hialurónico no se regenera tras su metabolización y se carece de él, se puede inyectar localmente para rellenarlo y asegurar el correcto funcionamiento de las articulaciones. Las infiltraciones se utilizan porque una simple inyección permite un fácil acceso a la zona que produce el proceso doloroso y la inflamación causada por la enfermedad se reduce más rápidamente. El ácido hialurónico, gracias a sus mínimos efectos secundarios, se utiliza ampliamente para diferentes fines, también en medicina estética.
Las infiltraciones de ácido hialurónico se realizan como un tratamiento conservador para enfermedades que producen un proceso inflamatorio o degenerativo en las articulaciones. No son tratamientos para tratar la enfermedad, sino para reducir el dolor y mejorar el rendimiento de la articulación. Solo la cirugía puede aportar una solución completa a este tipo de problemas, pero en pacientes jóvenes (>65 años) existe una tendencia a posponerla en favor de tratamientos conservadores para evitar su invasividad, así como la posibilidad de tener que repetir la operación por segunda vez debido al desgaste de los materiales implantados.
Por lo general, después de un ciclo de infiltraciones, la sintomatología dolorosa puede no manifestarse durante un año. En este punto se puede repetir el procedimiento para beneficiarse de los resultados de nuevo. Las enfermedades que más se benefician de este tratamiento son la artrosis, la tendinitis, la condropatía, la capsulitis, la fascitis, la fibrosis y la bursitis. Otras enfermedades para las cuales el tratamiento puede ser útil, especialmente en la etapa temprana o cuando el tratamiento antiinflamatorio está contraindicado, son la gonartrosis, la coxartrosis, la artrosis del hombro, la columna vertebral y de los dedos. Los deportistas también se benefician de ello, en particular para prevenir problemas de cartílago.
Las infiltraciones se llevan a cabo directamente a nivel intraarticular y pueden realizarse en un solo tratamiento con la inyección de 20 mg de producto, o con mayor frecuencia en un ciclo con una inyección cada 7 días durante aproximadamente 3-5 semanas. En los casos más graves, se pueden realizar dos ciclos en un solo año para obtener el mejor resultado.
No hay reglas específicas de preparación para el tratamiento, aparte de la esterilidad de la piel en el momento de la inyección para evitar posibles infecciones.
En algunos casos puede aparecer una hinchazón temporal en el área donde se ha inyectado la infiltración debido a un proceso inflamatorio leve. No son necesarios tratamientos adicionales porque, como ya se ha mencionado, se trata de efectos secundarios temporales que tienden a desaparecer en un par de días. Para más información, contacte con un especialista en Cirugía plástica.
Los acúfenos, también conocidos como ruidos en la cabeza, zumbidos o tinnitus, son sonidos muy molestos que se perciben dentro de los oídos o de la cabeza sin que haya ninguna fuente externa que los produzca. Generalmente son zumbidos, pitidos o ruidos graves o agudos que pueden escucharse de forma temporal o crónica. Se acentúan cuando hay silencio absoluto en el ambiente.
Esta molestia no siempre va asociada a una pérdida auditiva, aunque percibir ruidos en el oído resulta muy incómodo y puede provocar graves trastornos de sueño, malestar diario, estrés, ansiedad o depresión.
El acufeno no es una enfermedad, sino un síntoma de otras patologías del oído, como la hipoacusia. Por ello, las causas que lo pueden desencadenar son múltiples y, en ocasiones, no llegan a conocerse.
Entre las causas más destacadas se encuentran:
Para prevenir los acúfenos, lo mejor es mantener el oído limpio y libre de cera. Por otro lado, es importante evitar la cafeína, fumar, el alcohol y el consumo excesivo de sal. También es importante evitar ambientes ruidosos.
En ocasiones, el acúfeno se resuelve tratando el problema que lo genera. El tratamiento a base de medicación consigue, en algunos casos, la disminución de la intensidad del acufeno e incluso su desaparición. Sin embargo, en la mayoría de los casos no tiene solución con medicamentos ni con cirugía, aunque se puede lograr que el paciente se adapte al ruido con una terapia de reentrenamiento auditivo. Se aconseja evitar el silencio.
Cuando la causa es una contractura muscular o un mal hábito postural, se deriva al paciente a un especialista en Fisioterapia. Por otro lado, si el paciente ha sufrido una disminución de audición, la colocación de un audífono puede hacer desaparecer los acúfenos o, sino, que éstos se atenúen.
La afonía es la pérdida de la voz. Se puede perder de forma parcial (ronquera) o total (cuando suena como un susurro), y de forma gradual o rápida, en función de la causa.
Las causas principales son:
Existen varias medidas para prevenir la aparición de la afonía o para paliarla si aparece:
El tratamiento dependerá de la causa de la afonía, pero los principales métodos para curarla:
Si se debe a una causa específica, los principales tratamientos son:
La amigdalitis o anginas es una inflamación de las amígdalas palatinas que están situadas en la garganta. Es muy común en niños. Las amígdalas ayudan a eliminar bacterias y otros microorganismos para prevenir infecciones en el cuerpo.
Los síntomas más comunes son fiebre elevada, escalofríos, dolor intenso de garganta, problemas para deglutir y dolor de cabeza y oídos. Las amígdalas suelen estar enrojecidas y, en algunas ocasiones, tienen manchas blancas. Además, los ganglios linfáticos de la zona pueden estar hinchados. Si las amígdalas son muy grandes pueden darse problemas respiratorios si las amígdalas son muy grandes.
La amigdalitis está causada por una infección viral o bacteriana. La causa más común es la amigdalitis estreptocócica.
La amigdalitis se puede prevenir evitando compartir vasos o utensilios de comida. Además, es importante evitar el contacto cercano con personas que están enfermas.
Las amígdalas inflamadas que no presentan dolor o que no causan problemas no es necesario tratarlas. Si la causa de la enfermedad es una bacteria llamada estreptococo, el tratamiento consiste en administrar antibióticos. De esta manera, la amigdalitis se cura en aproximadamente una semana. Es importante terminar todos los antibióticos recetados por el especialista, incluso si el paciente se siente mejor ya que si no los toma la infección puede reaparecer.
A las personas que sufren esta enfermedad de manera frecuente, se les aconseja la extirpación de las amígdalas.
Si no se trata de manera adecuada, la amigdalitis puede derivar en posibles complicaciones graves como absceso en el área alrededor de las amígdalas, enfermedad renal causada por estreptococos y fiebre reumática.
La apnea del sueño es la interrupción de la respiración que se produce momentos después de conciliar el sueño y precedida de un ronquido fuerte durante al menos 10 segundos. Si este proceso se repite 5 veces por cada hora de sueño nos encontraremos ante el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño.
La obstrucción de la respiración provoca un descenso de los niveles de oxígeno en el organismo, que dificulta que la persona tenga un sueño reparador y se muestre con signos de cansancio a la mañana siguiente. Además, la persistencia de esta falta de oxígeno podría provocar una hipertensión pulmonar y un futuro fallo cardíaco de lado derecho o miocarditis, por lo que es conveniente detectarlo a tiempo y realizar los exámenes pertinentes para un diagnóstico seguro.
Los principales tipo de apnea del sueño son:
La apnea del sueño puede llegar a producir problemas de gravedad si no se trata debidamente, teniendo mayor riesgo de sufrir:
Otros problemas derivados de una falta de sueño de calidad pueden producir accidentes de tráfico u otros problemas de gravedad. Es fundamental acudir a un especialista para recibir un tratamiento adecuado.
Los síntomas pueden ser las mismas con la apena central y la apnea obstructiva, la cual cosa puede complicar determinar qué tipo de apnea padece el paciente. Los síntomas principales son:
Es importante una detección precoz de la patología. Por ello, se requiere la realización de un estudio del sueño para establecer un tratamiento. El especialista del sueño hará una evaluación que puede implicar un control nocturno de la respiración y otras funciones corporales durante el sueño.
Las pruebas para detectar la apnea del sueño pueden ser las siguientes:
Para la apnea obstructiva del sueño se suele derivar a un otorrinolaringólogo, que podrá descartar un bloqueo en la garganta o la nariz. Un cardiólogo o un neurólogo también pueden buscar las causas de apnea central del sueño.
La apnea obstructiva del sueño se da cuando los músculos que se encuentran en la parte posterior de la garganta se relajan. En cuanto se relajan, las vías respiratorias se reducen o cierran al inspirar, impidiendo realizar inspiraciones adecuadas, lo cual reduce el nivel de oxígeno en la sangre.
En la apnea central del sueño, la menos habitual, se da cuando el cerebro no transmite las señales a los músculos de la respiración. Esto causa que durante un periodo corto de tiempo, el paciente no realiza ningún esfuerzo por respirar, causando despertares con falta de aire o dificultades para volver a conciliar el sueño.
La apnea del sueño no se puede prevenir de forma definitiva, pero hay algunas pautas que se pueden seguir para disminuir el riesgo:
El especialista determinará el tratamiento en cada caso. Se pueden utilizar algunos dispositivos dentales como tratamiento para los casos leves de apnea obstructiva del sueño. Estos dispositivos facilitan la respiración, al mover la mandíbula hacia adelante.
Un tratamiento habitual en la apnea del sueño es el CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias). Consiste en colocar, durante el sueño, una máscara especial sobre la boca y la nariz. Esta máscara mantiene abiertas las vías respiratorias mediante la adición de presión al aire que el paciente respira.
En casos menos frecuentes, se puede precisar la realización de una cirugía para eliminar las amígdalas o el tejido extra de la garganta.
En el tratamiento de la apnea del sueño pueden participar un equipo multidisciplinar de especialistas, entre los que encontramos especialista en Otorrinolaringología, Neumología, Cardiología, Endocrinología y Alergología. Podrás encontrar al especialista que más se adapte a tus necesidades en el cuadro médico de Top Doctors.
AUDIOMETRÍA
Tipo: Prueba
¿Qué es la audiometría?
La audiometría es una prueba que permite evaluar la capacidad del sistema auditivo del oído con el objetivo de determinar si una persona oye bien. El oído humano puede percibir sonidos con frecuencias que oscilan entre los 20 y los 20.000 hertzios.
¿En qué consiste?
El examen se divide en audiometría tonal y verbal. En audiometría tonal se evalúan la vía aérea y la vía ósea, que en ambos casos implica la exploración de los dos oídos de manera separada, con el paciente en el interior de una cabina insonorizada y cerrada herméticamente. En la audiometría aérea, el individuo debe colocarse unos auriculares y, a continuación, el especialista reproduce una serie de sonidos de mayor a menos volumen hasta que sean inaudibles. El último sonido percibido determina el umbral auditivo, es decir, hasta qué intensidad es capaz de oír el paciente en una determinada frecuencia. En la inspección de la vía ósea, se coloca un vibrador detrás de la oreja del paciente, en el mastoides, por donde recibe el sonido.
La audiometría verbal se realiza también con el paciente en una cabina y con auriculares, pero en vez de sonido se emiten palabras a diferente volumen que se deben repetir de manera exacta.
¿Por qué se realiza?
La audiometría permite detectar la hipoacusia a una edad temprana. Se realiza cuando el paciente presenta problemas para oír.
Preparación para la audiometría
No se necesita ninguna preparación especial para realizar esta prueba.
¿Qué se siente durante el examen?
Durante la prueba el paciente no siente ningún tipo de molestia. La duración del examen varía en función de si es una evaluación inicial, que puede durar entre 5 y 10 minutos; o si es una evaluación detallada que puede durar hasta casi una hora.
Riesgos de la audiometría
Esta prueba no conlleva ningún riesgo para el paciente.
Significado de resultados anormales
La prueba dura unos veinte minutos y los resultados se muestran en un gráfico (audiograma). La comparación de los datos obtenidos en las exploraciones aéreas y óseas permite saber qué parte del aparato auditivo provoca el déficit de audición (hipoacusia) y cuál es el grado de la pérdida.
El barotrauma es un daño en el oído provocado por cambios barométricos del aire o del agua. Se produce cuando hay cambios de altitud (al viajar en avión o ir en coche por las montañas, y también al bucear). La presión del aire en el oído medio casi siempre es igual al aire del exterior del cuerpo. Es la trompa de Eustaquio la conexión entre el oído medio, la parte posterior de la nariz y la parte superior de la garganta. Cuando tragamos o bostezamos se abre la trompa de Eustaquio para permitir que el aire entre y salga del oído medio. Esto ayuda a igualar la presión en los tímpanos. Sin embargo, si la trompa se obstruye se da una diferencia entre la presión del aire en el oído medio y la presión del aire del exterior del tímpano. Es entonces cuando se produce barotrauma.
Cuando se produce el barotrauma presenta unos síntomas típicos:
El barotrauma se produce por cambios de presión que repercuten de forma dañina en el oído, al no poder la trompa de Eustaquio igualar la presión en los tímpanos.
Para prevenir el barotrauma los buceadores y las personas que viajan mucho en avión deben tener una trompa de Eustaquio que funcione correctamente, así como ser capaces de “destaponar” los oídos con ejercicios de deglución, bostezo o autoinsuflación. El otorrinolaringólogo puede evaluar el funcionamiento observando el tímpano. A las personas que viajan en avión se les aconseja usar descongestionantes orales antes del vuelo o nebulizadores nasales antes del aterrizaje. A los buceadores se les entrena para prevenir todos los tipos de barotrauma de oído.
El tratamiento suele comprender masticar chicle y bostezar, aunque también tomar descongestivos nasales, ya que las personas con congestión nasal a raíz de alergias, resfriados o infección de vías respiratorias son más propensas a sufrir barotrauma.
CÁNCER DE FARINGE
Tipo: Enfermedad
¿Qué es el cáncer de faringe?
El cáncer de faringe es una enfermedad caracterizada por la presencia de células tumorales malignas en la garganta. Esta patología se clasifica en:
El tumor se desarrolla en cuatro etapas diferentes, de menor a mayor tamaño, iniciándose sin metástasis y extendiéndose luego por los tejidos de alrededor de la faringe y de los ganglios linfáticos.
¿Qué síntomas presenta?
La sintomatología del cáncer de faringe depende de la localización y extensión del tumor, pero en todos los casos puede aparecer un bulto (nódulo) en el cuello.
En la nasofaringe los síntomas son:
En la orofaringe:
En la hipofaringe:
Causas del cáncer de faringe o por qué se produce
El cáncer de faringe, al igual que todos los tipos de cáncer, se origina por la mutación celular anómala y su reproducción.
¿Se puede prevenir?
Los especialistas recomiendan dejar de fumar o directamente no empezar a hacerlo. También se aconseja reducir el consumo de alcohol y seguir un estilo de vida saludable, que consista en llevar una alimentación adecuada y practica ejercicio físico de forma habitual.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento también varía según el tipo de tumor. Si el tumor se ubica en la nasofaringe, se recomiendan sesiones de quimioterapia y radioterapia; para los tumores de orofaringe e hipofaringe, el paciente se someterá a una intervención si el tumor es de pequeño tamaño; y, por último, los bultos del cuello se extirparán con cirugía, que irá acompañada de quimioterapia y radioterapia. En este último caso, la extracción del tumor puede suponer la extirpación de todas o parte de las cuerdas vocales.
El cáncer de garganta y laringe es un tumor maligno que afecta a las células de la laringe, donde se ubican las cuerdas vocales. El tabaco y el alcohol son las dos causas principales del desarrollo de esta enfermedad. Dependiendo de su ubicación se puede clasificar en tumor supraglótico (por encima de la glotis), tumor glótico y tumor subglótico (por debajo de la glotis). Los síntomas del cáncer de garganta suelen ser alteraciones en la voz, dificultades para respirar y deglutir, ronquera, tos, hinchazón y dolor en el cuello o expectoración en el cuello. La detección precoz de la enfermedad es fundamental para incrementar la esperanza de vida de los pacientes. El tratamiento se basa en la extirpación del tumor, evitando a la vez su extensión hacia otras partes del organismo. Dependiendo del caso, la cirugía puede suponer la extracción total o parcial de las cuerdas vocales, y a veces se puede optar sólo por el tratamiento con radioterapia y quimioterapia.
El cáncer de garganta se puede curar si se diagnostica con suficiente tiempo de antelación. Siempre que el cáncer no se haya extendido a los tejidos de alrededor o a los ganglios linfáticos del cuello, casi la mitad de los pacientes afectados pueden encontrar una cura. En el caso en que el cáncer se encuentre propagado a los ganglios linfáticos y a otras partes del cuerpo fuera de la cabeza y el cuello, no tiene cura. El tratamiento estará basado a prolongar y mejorar la calidad de vida del paciente. Una vez finalizado el tratamiento será necesaria una terapia que ayude al afectado por el cáncer a hablar y tragar. En los casos en que esta persona no pueda tragar, requerirá una sonda de alimentación. El seguimiento y el tratamiento deberán seguirse al pie de la letra para aumentar el porcentaje de supervivencia ante el cáncer.
Los síntomas que se presentan al padecer cáncer de garganta y laringe pueden ser cualquiera de estos:
En primer lugar el especialista examinará físicamente al paciente para comprobar si este tiene alguna protuberancia en la zona externa del cuello, uno de los síntomas del cáncer de garganta y laringe. El especialista también podría examinar el interior de la garganta o la nariz a través de una sonda flexible con una cámara incorporado en el extremo. Por otro lado también se pueden realizar los siguientes exámenes médicos:
Por otro lado también se pueden realizar los siguientes exámenes médicos:
Es necesario subrayar que las personas fumadoras o que consumen tabaco corren un mayor riesgo de sufrir cáncer de garganta. Consumir alcohol en exceso durante un largo periodo de tiempo también es otro de los factores de riesgo que pueden propiciar la aparición del cáncer de garganta o laringe. Por último si estas dos sustancias se combinan entre si aumentarán aún más el riesgo de padecer cáncer de garganta. Este tipo de cáncer suelen aparecer en adultos mayores de 50 años. Por otro lado los hombres tienen 10 veces más probabilidad que las mujeres a sufrir cáncer de garganta.
El tratamiento está enfocado en extirpar completamente el cáncer y evitar su expansión a otras partes del organismo del paciente. En los casos en que el tumor es pequeño se puede realizar una intervención quirúrgica o radioterapia para eliminarlo. En los casos que el tumor es más grande o se ha propagado a los ganglios linfáticos en el cuello, se utilizará una tratamiento combinado entre radioterapia y quimioterapia para preservar la laringe. Si este procedimiento no se puede realizar, se extirpa la laringe. Este tipo de cirugía se denomina laringectomía.
El otorrinolaringólogo es el especialista encargado de tratar el cáncer de garganta y laringe. Top Doctors ofrece al paciente la facilidad de pedir cita on-line o consultar telefónicamente cualquier duda o inquietud sobre este cáncer.
El cáncer de oído es una enfermedad con muy poca prevalencia y que afecta a muy pocas personas. De hecho, se estima que tan solo lo padecerán entre una y dos personas por cada millón. La edad media en la que aparece este problema es en torno a los 55 años de edad.
El oído está compuesto, por una parte externa, llamada oreja o auricular, un canal auditivo o conducto que es por donde pasa el sonido hacia el interior del oído, llegando al tímpano.
El canal auditivo está ubicado justo frente a las glándulas salivales y de la unión temporomandibular. Por su parte, la zona baja del oído se encuentra cerca de la vena yugular y del nervio facial, encargado de controlar los músculos expresivos de la cara.
Existen dos tipos de tumores, los cancerosos y los no cancerosos. En el caso de los no cancerosos, se incluyen los quistes de inclusión epidérmica, osteomas y exóstosis y queloides.
Entre los tumores cancerosos, el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas son cánceres frecuentes que pueden aparecer en el oído externo tras exponerse de forma prolongada al sol. El melanoma es otra de las opciones en el cáncer de oído.
El cáncer de oído es una enfermedad muy poco habitual, con poca prevalencia. En general, cuando se trata de un tumor maligno, su propagación hacia áreas linfáticas es más frecuente que en otras áreas del oído.
Los tumores que se pueden desarrollar en la parte externa o cartilaginosa del oído invaden las paredes del cartílago y se propagan hacia áreas en las que encuentra hueso. No obstante, los tumores que se desarrollan en las áreas óseas del oído tienen una ‘barrera’ que impiden su propagación fuera del área, progresando entonces a través de la parte ósea del canal auditivo invadiendo el oído medio y el cartílago.
Los cánceres más avanzados pueden llegar a requerir la extirpación de una parte o de la zona más amplia del oído externo.
Uno de los principales indicadores para identificar el cáncer de oído es la presencia o la sensación de dolor durante más de cuatro semanas en el oído.
Si existe dolor y hay sangrado, éste sería uno de los signos más tempranos de que existe cáncer.
La sensación de picor, o de hormigueo son síntomas de que puede desarrollarse un tumor.
Alguno de los síntomas habituales del cáncer de oído central e interno son los siguientes:
Realizar un diagnóstico de cáncer de oído no es una tarea sencilla. De hecho, los síntomas como el hormigueo, la secreción o el dolor se confunden en ocasiones con otras enfermedades o problemas, tales como infecciones u otro tipo de afectaciones que poco o nada tienen que ver con el cáncer.
En el caso de que los signos del cáncer sean permanentes a pesar del uso de medicamentos y antibióticos, esta será una señal de alarma. La salida de líquido del oído y el dolor son síntomas habituales en los casos de cáncer. La inflamación en la zona trasera del oído, así como una pérdida de la capacidad auditiva y una parálisis facial pueden ser los síntomas de que un estado avanzado, aunque también puede deberse a otras enfermedades.
Existen diversas causas por las que pueden aparecer problemas auditivos en forma de cáncer de oído:
En cuanto a la prevención, no existe una forma concreta de prevenir la aparición del cáncer en el oído. No obstante, si se presta atención a las causas, y el paciente tiene algún tipo de sospecha, debe acudir cuanto antes al especialista.
Existen diversas formas de abordar un tumor maligno o un cáncer de oído, aunque cabe hacer una distinción entre el oído externo y el oído medio o interno.
El especialista en diagnosticar y tratar el cáncer de oído será el Otorrinolaringólogo en colaboración con el Oncólogo. En el proceso puede intervenir también el Radiólogo.
¿Qué es la celulitis orbitaria?
La celulitis orbitaria es una infección aguda de los tejidos que rodean el ojo, concretamente los párpados, las cejas y partes de las mejillas.
¿Qué síntomas presenta la celulitis orbitaria?
Los síntomas que pueden aparecer son:
¿Cuáles son las causas de la celulitis orbitaria?
Esta afección suele ser consecuencia de una sinusitis, cuyo virus se extiende por las zonas ya mencionadas. La época más común de aparición en pacientes es la infancia.
¿Se puede prevenir la celulitis orbitaria?
Las vacunas HiB previenen las infecciones en los niños. También es posible que los niños que comparten un grupo familiar con alguien que tiene esta infección tengan que tomar antibióticos para evitar enfermarse. Por otro lado, un tratamiento adecuado de la sinusitis o de una infección dental puede prevenir su diseminación hacia los ojos.
¿En qué consiste el tratamiento de la celulitis orbitaria?
Es primordial tratar la celulitis orbitaria adecuadamente para que no cause daños que pueden mantenerse en la etapa adulta. En la mayoría de los casos, esta infección requiere hospitalización. El tratamiento incluye antibióticos administrados por vía intravenosa, aunque también puede que se necesite una cirugía para drenas el absceso o aliviar la presión alrededor del ojo.
La cirugía tiroidea incluye la extirpación de nódulos o la extirpación parcial o total de la glándula de la tiroides. La operación de tiroides se realiza respondiendo a diferentes causas: por la realización de biopsias cuando se trata de evaluar nódulos tiroideos; por la presión de los nódulos o bocios en estructuras adyacentes que dificultan y causan molestias en la deglución y respiración; por cáncer tiroideo; o por la posibilidad de que la glándula o el nódulo o el bocio lleguen a ser cancerosos. En la cirugía de tiroides se recomienda una extirpación total de la glándula en los casos en que los nódulos benignos y bocios estén haciéndose grandes o estén causando molestias, mientras que la extirpación parcial se realiza en el caso de la presencia de nódulos unilaterales o hiperactivos. Para casos de cáncer papilar o folicular se recomienda una extirpación total que puede llegar incluso a los ganglios linfáticos en caso de tumores grandes. Asimismo, para algunos casos, en la actualidad los avances médicos permiten realizar esta operación mediante cirugía por laparoscopia.
¿Qué es la cirugía de las glándulas salivales? (incluir tipo de anestesia)
Las glándulas salivales principales, las que generan y vacían saliva en la boca, son tres pares: glándulas submandibulares, glándulas salivales sublinguales y glándulas parótidas. Así pues, la cirugía de las glándulas salivales es la que se encarga de extirpar alguna de estas glándulas. La anestesia durante el procedimiento dependerá de la glándula que se extirpe: si es de glándulas salivales mayores, como la parótida, anestesia general; si es de glándulas salivales menores, anestesia local.
¿Por qué se realiza la cirugía de las glándulas salivales?
Generalmente se realiza para extirpar los tumores que crecen en dichas glándulas y analizarlos Se calcula que más del 70% de estos tumores son benignos (no cancerosos), pero hay que analizar cualquier bulto que se detecte.
Las glándulas salivales también pueden presentar otras patologías, entre las que destacan la sialolitiasis, que es la obstrucción de las glándulas salivales a causa de la presencia de cálculos de calcio que no permiten la salida de la saliva y que provocan la inflamación de la glándula salival afectada, y la sialadenitis, que es la infección de las glándulas salivales, que puede ser un efecto de la sialolitiasis, o estar causada por un virus o bacteria
¿En qué consiste la cirugía de las glándulas salivales?
Existen varias técnicas quirúrgicas en función de la glándula que se tenga que intervenir:
En todas las cirugías, el área se cierra con suturas una vez extirpado el tejido afectado. En algunos casos, puede ser que se necesite colocas unos drenajes temporales para eliminar líquidos, como saliva o sangre.
Preparación para la cirugía de las glándulas salivales
Antes de la intervención, el especialista puede realizar un examen físico incluyendo sus antecedentes clínicos, un análisis de sangre, pedir unas radiografías y hablar sobre qué medicamentos se pueden tomar y cuáles no.
Cuidados tras la intervención
Justo después de la intervención, el especialista observa los movimientos faciales pidiendo que sonría o haga gestos faciales y explica cómo cuidar el drenaje (si lo lleva). Una vez en casa, es importante seguir las indicaciones del médico sobre el cuidado de la herida y del drenaje. También puede ser que se vuelva al centro para retirar las suturas. Una vez retiradas, hay que lavar la zona con jabón suave y agua.
La cirugía del oído medio es el conjunto de intervenciones quirúrgicas para tratar problemas en la membrana timpánica, en la cadena de huesecillos articulados entre sí (martillo, yunque y estribo) y en las celdas mastoideas (cavidades del hueso temporal). Hay dos grandes bloques de procedimientos quirúrgicos: la timpanoplastia y la mastoidectomía. La timpanoplastia engloba la osiculoplastia (reparación de los huesos) y la miringoplastia (cierre de agujeros en el tímpano).
Son intervenciones recomendadas para tratar problemas del oído medio: de la membrana timpánica o de la cadena de huesecillos y celdas mastoideas. Así, la timpanoplastia se recomienda está indicada en casos de perforaciones del tímpano grandes o infecciones en el oído medio, como la otitis media aguda o crónica, que no se pueden curar con antibióticos. La masteidoctomía es una operación para extirpar las cavidades llanas de aire del cráneo situadas detrás del oído (hueso temporal), realizada para tratar infecciones de la porción mastoidea en esa parte del cráneo, complicaciones de una otitis media, crecimientos anómalos del hueso, colesteatoma (quiste de células cutáneas en el oído medio) o para colocar implantes cocleares).
Para llevar a cabo este tipo de cirugía, se accede al oído medio a través de un corte detrás de la oreja o por dentro del conducto auditivo externo y se realizan los procedimientos pertinentes, según la lesión que presente el paciente. La intervención puede incluir eliminar cualquier infección o tejido muerto en el tímpano, colocar un injerto para recuperar la perforación de la membrana timpánica o poner una prótesis para sustituir algún hueso dañado.
Antes de la operación el especialista en Otorrinolaringología se asegurará de que el paciente no tenga infección en el oído. Así, deberán realizarse varias pruebas, incluido un examen de oído y prueba de audición. En algunos casos también será necesaria una tomografía computerizada de la cabeza. Por otra parte, es importante que el paciente consulte al médico los medicamentos que puede o no tomar. Así, es posible que una semana antes de la intervención deba dejar de tomar ciertos medicamentos, tales como aspirina o antiinflamatorios, o anticoagulantes.
Para garantizar una recuperación adecuada tras la cirugía de oído medio, el paciente debe evitar:
Para evaluar si la operación ha sido exitosas se deberán esperar unas semanas tras la intervención. La recuperación total se dará a las cuatro semanas, aproximadamente, si los cuidados post operatorios se han hecho bajo las recomendaciones del especialista.
La cirugía endoscópica nasosinusal engloba todas aquellas intervenciones del interior de la nariz, visualizando o manipulando las estructuras a través de instrumental óptico. Tiene como obejtivo tratar las lesiones o anomalías que alteren las funciones normales de la nariz, o sus estructuras colindantes. La cirugía se realiza bajo anestesia general.
Esta cirugía se realiza cuando existe una inflamación nasal y sinusal permanente, especialmente en las sinusitis crónicas, en el caso de pólipos nasales o en sinusitis agudas de repetición que no han respondido bien al tratamiento médico. El objetivo es reestablecer la función habitual de los senos nasales mediante la invasión quirúrgica mínimamente invasiva. Esta cirugía también se utiliza para la septoplastia y la cirugía de cornetes, el cierre de fístulas de líquido céfalo-raquídeo, la descompresión orbitaria etc.
Lo primero es aplicar descongestionante nasal para después iniciar la disección de la pared. Para esto se utiliza una fibra óptica rígida y fina que se introduce en la fosa nasal obteniendo una visión directa del lugar en el que se abren los senos nasales. Con las herramientas adecuadas, se procede a la resección del tejido anormal u obstructivo. Al final de la cirugía se realiza un control de los puntos sangrantes y dependiendo del caso, se pondrá un taponamiento nasal para evitar hemorragias o láminas de silicona para evitar que se adhiera de una pared a otra y se formen cicatrices anómalas.
La cirugía dura entre 1 y 3 horas según la complejidad del caso. Normalmente se taponan las fosas nasales con espuma coagulante y esponjas específicas que se deshacen solas o tapones que se pueden retirar fácilmente.
Para la preparación se realiza un estudio con TAC-sinusal y a partir de esta prueba se planifica la cirugía. También se realizan pruebas preoperatorias ya que la cirugía se realiza bajo anestesia general. Normalmente el ingreso es de corta estancia, como máximo una noche, y el paciente tiene que permanecer en ayunas de 6 a 8 horas antes de la intervención.
La nariz suele estar taponada, por lo que el paciente no puede respirar por la nariz. Además se pueden producir sangrados y por eso se coloca una gasa debajo de la nariz, aunque a veces no es necesario. Durante los 3-4 primeros días el paciente no puede fumar, beber alcohol, ni hacer esfuerzos físicos. Además, se recomienda el reposo en casa, evitando sonarse la nariz, preferiblemente en una postura sentado o semisentado para así reducir la presión sanguínea en la cabeza, la congestión cefálica y el sangrado. Se recomienda seguir una dieta de alimentos blandos y beber abundante líquido, debido a la sequedad de la garganta que ocasiona el taponamiento nasal.
No es una intervención dolorosa pero puede causar molestias, por lo que se prescriben antinflamatorios según la tolerancia individual al dolor. Se pueden prescribir antibióticos para prevenir la sobreinfección de la mucosa retenida.
La cirugía endoscópica nasosinusal es una intervención muy segura ya que hoy en día existen medios terapéuticos que facilitan tanto la intervención como la recuperación. Esta cirugía engloba las intervenciones del interior de la nariz, visualizando o manipulando las estructuras a través de instrumental óptico, como por ejemplo la septoplastia. Para más información, consulte a un especialista en Otorrinolaringología.
Las glándulas salivales principales, las que generan y vacían saliva en la boca, son tres pares: las glándulas submandibulares, las glándulas salivales sublinguales y las glándulas parótidas.
La cirugía de la glándula parótida, también conocida como parotidectomía, es la operación que se encarga de extirpar los tumores que crecen en dicha glándula. Se calcula que más del 70% de dichos tumores son benignos (no cancerosos), pero hay que analizar cualquier bulto que se detecte. Dependiendo del tipo de tumor que sea, de su tamaño y de su ubicación, se practican diferentes variantes de esta intervención. Las más comunes son la parotidectomía superficial o la parotidectomía total, con conservación del nervio facial, que también implica un vaciamiento ganglionar.
Las glándulas salivales también pueden presentar otras patologías, las más comunes son:
La parótida es una glándula blanda, poco palpable en condiciones normales, pero que ocupa el espacio posterior a la rama vertical de la mandíbula. Cuando se extirpa la parótida queda una zona hundida entre mandíbula y el musculo esternocleidomastoideo que puede resultar bastante evidente.
Para evitarlo, una vez extirpada la glándula, reconstruimos el defecto con un colgajo de SMAS, que consiste en tapar el hueco remanente tensando la fascia que recubre la parótida y el músculo platisma del cuello.
Esta técnica puede utilizarse en todos los casos, salvo en pacientes con tumores malignos, en los que hay que asegurarse de que su empleo no ponga en riesgo la radicalidad de la resección oncológica.
Además, la incisión utilizada clásicamente deja una cicatriz visible en el cuello. Existe otro tipo de incisión más estética, que queda escondida por detrás de la oreja, dentro del pelo y que prácticamente es invisible al cabo de unos meses.
La cirugía de las glándulas paratiroides es la extirpación total o parcial de las glándulas paratiroideas que se encuentran al lado de la tiroides. La cirugía puede ser mínimamente invasiva o realizarse mediante cirugía estándar a través de una incisión en el cuello. Tradicionalmente, el procedimiento quirúrgico incluía la intervención y el tratamiento de la enfermedad, sin embargo, actualmente existen nuevas técnicas que son mínimamente invasivas y que se realizan a través de la cervicoscopia. El procedimiento es el siguiente: se identifica la lesión patológica, a extirpar a través de técnicas que identifican la hormona en sangre y otras pruebas que localizan el tejido, como la ecografía cervical y la gammagrafía. A través de una mínima incisión de unos 10 o 15 mm se introduce una cámara de 5 mm hasta la lesión y que ayuda a los cirujanos a realizar la operación, ya que permite visualizar los detalles de la zona a tratar a través de un monitor conectado a la cámara.
La cirugía nasal por radiofrecuencia consiste en la aplicación de ondas de radio de alta frecuencia a través de un tejido blando, lo que permite cortar, coagular o extirpar tejidos. Las ondas se aplican por medio de unos electrodos fríos que transmiten directamente las ondas a los tejidos. El proceso se inicia insertando una sonda delgada de radiofrecuencia a través de los agujeros de la nariz.
La cirugía se lleva a cabo con anestesia local y suele durar entre cinco y quince minutos, como máximo. La energía de la radiofrecuencia ayuda a reducir el tamaño de los cornetes sin provocar lesiones en la mucosa nasal, ya que se aplica mediante unos electrodos fríos.
La cirugía nasal por radiofrecuencia se realiza para reducir el tamaño de los cornetes y facilitar y mejorar la respiración al paciente.
Además la cirugía no deja cicatrices ni modifica la forma de la nariz, como puede suceder en otras operaciones como la rinoplastia.
La intervención se realiza normalmente bajo anestesia local y sedación y suele durar entre 5 y 10 minutos. La cirugía consiste en introducir una aguja por el orificio nasal y realizar varias punciones y se administra la radiofrecuencia para conseguir la disminución de volumen de los cornetes.
Después del taponamiento es necesario colocar un taponamiento nasal durante 24 o 48 horas.
Es importante que el paciente consulte al médico especialista los medicamentos que puede tomar antes de la operación. Además, es posible que una semana antes de la intervención deba dejar de tomar ciertos medicamentos, tales como aspirina o antiinflamatorios, o anticoagulantes.
El post operatorio es rápido y sencillo. el paciente tiene que realizar lavados nasales con suero fisiológico o agua salina, para facilitar la cicatrización y limpiar la zona tratada.
Además durante los primeros días tras la intervención se debe evitar el ejercicio físico, calor intenso o las aspirinas.
Es probable que durante las primeras semanas se produzcan costras nasales, que serán retiradas por el especialista.
La cirugía plástica facial es una rama de la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora que puede llevarse a cabo, además de por los cirujanos plásticos, también por parte de cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, oftalmólogos o dermatólogos formados en dicha área. Su objetivo es la corrección y/o mejora de anormalidades en la cara de origen congénito, adquirido, tumoral o involutivo, que requieran reparación o reposición de la forma y su función.
La cirugía plástica facial abarca un abanico muy amplio de intervenciones, desde procesos ambulatorios y poco invasivos como la eliminación de lesiones pigmentadas y cicatrices bajo anestesia local, hasta cirugías complejas como la extirpación de un tumor facial o armonización facial tras un accidente bajo anestesia general.
Según de para qué se emplee, se pueden dividir las intervenciones de cirugía plástica facial en dos grandes grupos: la cirugía reconstructiva o reparadora y la cirugía estética o cosmética.
La intervención dependerá de cada caso a tratar. Generalmente, se empieza el proceso con una o varias consultas previas al cirujano, quién valorará la situación y explicará al paciente las opciones de tratamiento quirúrgico existentes, cómo será el pre y post operatorio y los resultados que puede esperar.
Es muy importante que en todo el proceso exista una buena comunicación entre cirujano y paciente, que el especialista se asegure de hacer entender al paciente el proceso que va a iniciar, los riesgos que comporta y los resultados realistas.
Antes de la operación, el especialista puede requerir que se realicen pruebas como análisis clínicos para comprobar el estado de salud del paciente y asegurar que puede someterse a la intervención.
El tipo de anestesia, la duración de la intervención y los riesgos de la misma dependerán de cada caso concreto.
El post operatorio y cuidados de la intervención dependerán de cada tipo de cirugía en concreto, aunque en la mayoría de intervenciones faciales es necesario un periodo de reposo tras salir del quirófano.
También es característico de las operaciones de cirugía plástica facial que se produzca hinchazón en la zona y los resultados definitivos tarden semanas o incluso meses en aparecer, al remitir la inflamación.
Para algunas técnicas que se han abordado convencionalmente mediante la cirugía plástica facial, se han desarrollado en los últimos años técnicas alternativas sin cirugía, que ofrecen un resultado muy similar o igual al de la cirugía pero sin pasar por el quirófano, como el lifting facial sin cirugía.
Un colesteatoma es un crecimiento anormal de piel en el oído medio detrás de la membrana del tímpano que se desarrolla, generalmente, en forma de quistes o bolsas que descaman capas de piel vieja. Con el tiempo puede crecer y destruir huesos del oído medio que se encuentran cerca u otras estructuras del oído. Es también una alteración que destruye una parte de la membrana mucosa del oído medio que pasa a ser tejido epitelial. Esta enfermedad genera células epiteliales muertas que cuando entran en contacto con la mucosa en la que está ubicado se infectan fácilmente. Esta afección crece a medida que pasa el tiempo. Pueden ser de varios tipos:
Algunos síntomas que pueden resultar de dicho crecimiento pueden ser:
Aunque pueden ser congénitos (que aparecen al nacer), se producen más comúnmente si hay infecciones sucesivas o crónicas del oído. El funcionamiento de la trompa de Eustaquio compensa la presión en el oído medio pero cuando no funciona bien puede acumularse presión negativa y empujar parte de la membrana timpánica dentro del oído medio. Esto crea un saco o quiste con piel vieja y otros materiales de deshecho: el colesteatoma. El quiste puede crecer o infectarse y provocar la rotura de los huesos del oído medio o diferentes estructuras del oído. Estos daños podrían afectar la audición, el equilibrio y posiblemente el funcionamiento de los músculos faciales.
Así pues, los principales factores de riesgo son:
Normalmente se tiene que extirpar mediante cirugía, que suele ser exitosa, aunque se tiene que revisar periódicamente y que el especialista haga limpiezas del oído. Además, el colesteatoma puede reaparecer y se puede necesitar otra cirugía.
Un examen de oído puede diagnosticar un saco o una abertura, llamada también perforación, en el tímpano, con secreción constante. El almacenamiento de células cutáneas viejas puede observarse con un microscopio o un otoscopio, instrumentos especiales que se utilizan para examinar el oído. En ocasiones se puede observar un grupo de vasos sanguíneos en el oído. Estos exámenes pueden realizarse para descartar otras causas del vértigo como:
El colesteatoma es una patología que es tratado por el otorrinolaringólogo. Desde Top Doctors ofrecemos a cada paciente el mejor especialista en función de su localización y patología que sufra.
La congestión nasal se produce cuando se tapona la nariz. Esto ocurre cuando los tejidos que la recubren se hinchan, como consecuencia de una inflamación en los vasos sanguíneos. La inflamación de la membrana que cubre la nariz crea una obstrucción que provoca dificultad para respirar por las fosas nasales. Es decir, como consecuencia de la dilatación de los vasos sanguíneos grandes (o venas) de la nariz, se reduce el volumen de la cavidad nasal y, por lo tanto, el flujo del aire.
La congestión nasal en sí puede parecer algo no muy grave pero sí puede conllevar otros problemas y secuelas, derivando en otras patologías. Así, el paciente puede sufrir sinusitis, otitis media y aparición de trastornos del sueño. También pueden sufrir, en algunos casos, apnea obstructiva del sueño, al no poder respirar el paciente cuando se encuentra estirado, en posición horizontal. Todo esto afectará a la calidad de vida del paciente.
Además, puede afectar seriamente a determinados colectivos profesionales, por el hecho de no poder respirar bien, influyendo también en su rendimiento. Algunos de ellos son los deportistas de élite, los profesionales de la enología, la gastronomía y la perfumería, o las personas dedicadas a las artes escénicas y la comunicación, es decir, actores y periodistas.
Los síntomas de la congestión nasal pueden ser variados. Los más comunes son que el paciente tenga goteo nasal, taponamiento en la nariz, dolor en la frente y debajo de los ojos. También es frecuente sentirse cansado y con dificultad para inspirar aire por la nariz. El proceso más común cuando se produce congestión nasal es:
El médico de cabecera realizará las pruebas pertinentes para evaluar el taponamiento nasal del paciente. Además, pueden ser necesarias pruebas de alergia, pruebas de la función respiratoria o espirometría e incluso prueba de esfuerzo.
Normalmente la congestión nasal está causada por un virus o bacteria, o por alérgenos (como el polvo o el polen) cuyo origen puede estar en diversos factores:
Se puede evitar la congestión nasal manteniendo buenas prácticas de higiene, sobre todo en el caso de las congestiones causadas por virus del resfriado o gripe. Se recomienda lavarse las manos frecuentemente, evitar compartir utensilios y vasos, utilizar higienizantes de manos con alcohol y evitar los contactos directos con personas enfermas.
Si la congestión nasal se debe a una alergia es recomendable evitar dichos alérgenos, ya que irritarán las fosas nasales.
No existe un tratamiento fijo para la congestión nasal, aunque será el especialista en Otorrinolaringología quien evalúe el caso del paciente y establezca el mejor tratamiento. Algunas medidas para evitar la congestión nasal pueden ser:
Así pues, los procesos importantes a tener en cuenta si la congestión nasal perdura más de una semana son:
En caso necesario el especialista recomendará medicación con antigripales, antihistamínicos, aerosoles nasales y, en casos graves de problemas funcionales o deformidades nasales, quizás será adecuada una rinoplastia funcional, rinoseptoplastia o septoplastia.
El especialista que trata la congestión nasal es el otorrinolaringólogo. En concreto, debe ser gran experto en los problemas nasales, siendo capaz de realizar un abordaje multidisciplinar de la patología que sufre el paciente.
Las deformidades nasales son todas aquellas anomalías que alteran la estética o la función nasal. Es algo más común de lo que pensamos y muchos pacientes no acuden al especialista en Otorrinolaringología. Sin embargo, refieren problemas al respirar mal y sufrir una deformidad estética. Las alteraciones estéticas a veces también deben corregirse para mejorar la funcionalidad. Función y estética van relacionadas, y es preciso abordarlas conjuntamente.
Si las deformidades son estéticas se deben dividir en si existe un problema de exceso o defecto del dorso, si es la punta de la nariz la que está deformada o es asimétrica, o si la nariz está lateralmente desviada. Así se podrá estudiar y explicar las alteraciones estéticas nasales. Si hay un problema funcional añadido debe ser abordado en la misma intervención.
Así, las categorías más comunes de deformidades son:
También puede haber otras deformidades nasales de origen congénito que pueden conllevar problemas en el paciente, tales como tener la nariz grande, lo cual no suele producir síntomas, o tener la nariz pequeña o estrecha, que sí puede producir una insuficiencia respiratoria.
Aunque las deformidades nasales pueden provocar problemas respiratorios, no es una malformación que impida los quehaceres diarios ni que sea excesivamente grave. Sí es cierto que el hecho que el paciente respire mal de manera continuada puede provocar problemas derivados, tales como un mal descanso de manera prolongada, posibles apneas del sueño… Los problemas de respiración nasal suelen agravarse con el tiempo y la edad, a la par que pierden consistencia los tejidos. Si la deformidad nasal es estética y se mantiene en el tiempo también se verá afectada con el envejecimiento natural del cuerpo y de las estructuras faciales.
Muchas deformidades nasales no tienen síntomas, por lo que el paciente no aprecia si las sufre. Sin embargo, otras deformidades provocan síntomas tales como:
Es importante que el especialista establezca un diagnóstico preciso y para ello es importante determinar el problema que impide al paciente respirar bien, o cuáles son las deformidades estéticas que deben corregirse. De ahí que sea necesaria una exploración en el interior y exterior de la nariz. Para la exploración interior se empleará un fibroscopio, es decir, una cámara acoplada a una fibra óptica flexible. Este aparato permite observar si hay una obstrucción mecánica o si la nariz se colapsa cuando el paciente respira.
Con la exploración interna y externa (que realizará el especialista con sus propias manos) se establecerá el diagnóstico de los problemas estéticos y funcionales que sufre el paciente. A partir de entonces se hablará con el paciente sobre qué aspectos deben ser tratados, las técnicas quirúrgicas a aplicar y qué vía debe abordarse.
Las causas de las deformidades nasales pueden producirse por:
El único tratamiento útil y definitivo a largo plazo es la cirugía, es decir, la rinoplastia. Aunque actualmente se han desarrollado algunas sustancias que pueden infiltrarse bajo la piel para modificar el contorno de la nariz, los resultados son poco consistentes y los resultados poco predecibles en el tiempo. De ahí que la mejor solución sea la rinoplastia. Actualmente son intervenciones poco dolorosas y traumáticas.
Para llevar a cabo la intervención el especialista debe planificar e individualizar totalmente la intervención, ya que no hay nunca dos narices iguales. Según la severidad se pueden utilizar diversas maniobras quirúrgicas para mejorar el aspecto y la función nasal. No obstante, la cirugía debería durar entre una hora y media o dos horas, si se debe corregir el defecto funcional y estético. Normalmente el paciente es dado de alta el mismo día de la intervención y los resultados definitivos se observan a los 3-4 meses.
El especialista que trata las deformidades nasales es, principalmente, el experto en Otorrinolaringología. Él es quien conoce el órgano nasal, su anatomía y su funcionalidad, así como cualquier otra patología relacionada de los problemas nasales. En algunas ocasiones las rinoplastias también son llevadas a cabo por el especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y, en concreto, por un cirujano muy especializado en dicho ámbito.
La deglución difícil, conocida en los círculos médicos como disfagia, es la dificultad para tragar o deglutir los alimentos, y suele darse sobre todo en pacientes de edad avanzada. En muchos casos es consecuencia de accidentes cerebrovasculares, Alzheimer, Parkinson o traqueotomías, dolencias que producen afectaciones en la lengua, los músculos de la garganta y el esófago. Con respecto a su tratamiento, es necesario seguir una serie de pautas para evitar que los alimentos se queden atascados: ejercicios para fortalecer los músculos de la mandíbula, sentarse erguidamente, y dejar pasar tres horas tras la cena antes de irse a dormir, ingerir alimentos en trozos pequeños y acompañándolos de abundante líquido, y dedicar un tiempo considerable a las comidas para masticar y tragar pausadamente.
No todas las personas con este trastorno tienen síntomas, para las que sí los tienen pueden experimentar:
El inicio de la aclasia puede ocurrir en cualquier momento de tu vida y si no se trata puede aumentar las probabilidades de que se desarrolle cáncer de esófago. Si se experimenta cualquiera de estos síntomas, es importante acudir al especialista adecuado para que se pueda hacer un diagnóstico y establecer un tratamiento.
La causa de la aclasia es en gran parte desconocida, sin embargo, se cree que ocurre cuando los nervios en el esófago se dañan y dejan de funcionar correctamente, haciendo que el anillo del músculo en el extremo del esófago deje de funcionar. Se desconoce la causa de este daño nervioso, pero podría estar relacionado con una infección o posiblemente con afecciones autoinmunitarias. También existe la posibilidad de que la aclasia sea hereditaria.
El diagnóstico de la aclasaiapuede ser difícil ya que comparte los síntomas con otros trastornos digestivos. Si tu especialista sospecha que tienes aclasia, es probable que se te realicen las siguientes pruebas:
Aunque no existe una cura actual para la aclasia, existen medidas para aliviar los síntomas. La clave para un tratamiento exitoso es hacer que sea más fácil para el paciente tragar cuando come o bebe. Algunos medicamentos están diseñados para relajar los músculos esofágicos, facilitando la deglución, sin embargo, los efectos son sólo temporales.
Otras opciones de tratamiento son:
La disfonía es un trastorno caracterizado por una alteración del timbre de la voz, que puede ser debida a diversas causas orgánicas o funcionales de la laringe y de las cuerdas vocales. Tanto en niños como en adultos, la afonía crónica requiere una visita médica para diagnosticar cualquier trastorno que se alargue más de 2 semanas, tanto para descartar la presencia de cualquier lesión grave como para impedir que la disfonía se convierta en una afonía crónica y que derive en una pérdida total de la voz. En las disfonías generadas por forzar la voz o por infecciones y virus, se requerirá reposo, antiinflamatorios y, dependiendo del caso, terapia con un logopeda que enseñe al paciente a utilizar bien la voz y a rehabilitarla. Se pueden diferenciar dos tipos de disfonías:
En la gran mayoría de los casos, la disfonía se puede curar siguiendo el tratamiento adecuado, ya que muchas veces se origina por una causa infecciosa-inflamatoria. Si el problema se alarga más allá de los 10 días, es necesario que el paciente sea remitido al especialista en Otorrinolaringología para realizar un examen minucioso y una exploración exhaustiva de las cuerdas vocales y la laringe.
Los síntomas pueden presentarse de manera aislada o combinada. Entre los síntomas más frecuentes destacan:
Además, se pueden presentar otro tipo de síntomas no fonatorios como por ejemplo, tos, picazón, carraspeo y dolor leve o moderado de garganta.
El otorrinolaringólogo examinará los cambios en las cuerdas vocales y los problemas del sistema nervioso. Para ello se puede utilizar una sonda con luz y una cámara para examinar la laringe. Además, se puede realizar una prueba vocal por un foniatra.
Cuando la disfonía se presenta en niños, puede provenir de trastornos neurológicos, malformaciones de la laringe, papilomas laríngeos provocados por infecciones virales, o por forzar demasiado la voz. Esta última es la causa más común que provoca la disfonía en los adultos, ya que la hiperfunción vocal no tratada puede llegar a producir otras patologías como nódulos o pólipos en las cuerdas vocales. Además, hay otros factores que pueden desencadenar la disfonía: reflujo gastroesofágico, el tabaquismo, procesos infecciosos como la laringitis o la tuberculosis, trastornos neurológicos de la laringe o tumores.
La disfonía se puede prevenir cumpliendo con unas normas de higiene vocal, entre los que se incluyen:
La disfonía se puede tratar reposando la voz y modificando los malos hábitos en el uso de la misma. En el caso de que la disfonía esté provocada por procesos infecciosos, se pueden administrar antinflamatorios.
El especialista que trata la disfonía es un experto en Otorrinolaringología.
El síndrome de Ménière, que debe su nombre al médico francés que lo descubrió en 1861, es una enfermedad que afecta al oído, generalmente a uno solo cada vez, y se manifiesta con síntomas como silbidos (acúfenos), zumbidos, palpitaciones, sordera («oídos taponados») y progresivamente náuseas y vómitos, vértigos y pérdida de audición (hipoacusia). Los episodios pueden repetirse a intervalos más largos o más cortos. Los ataques de vértigo, en particular, pueden llegar a ser tan graves como para provocar la pérdida de equilibrio y caídas.
Aunque todavía no se ha establecido un origen determinado de la enfermedad, según algunas investigaciones, el síndrome de Ménière lo provoca una vasoconstricción cuyo origen se encuentra a menudo en infecciones virales previas, reacciones autoinmunes, alergias o en algunos casos por herencia. Los síntomas que presenta la enfermedad de Ménière se deben a una acumulación anormal de líquido en el conducto auditivo interno, el laberinto. La función de mantener el equilibrio la llevan a cabo los canales semicirculares y los otolitos, pequeños órganos que se encuentran en el interior del laberinto. Además, el laberinto se divide en dos partes: el laberinto óseo y el laberinto membranoso. En este último se encuentran los órganos del equilibrio y en él se produce el desequilibrio del líquido endolinfático. En una situación normal, los órganos del equilibrio estimulan los receptores sumergidos en este líquido y a su vez envían información al cerebro sobre el movimiento y la posición, mientras que en presencia de la enfermedad de Ménière la acumulación es tal que impide el trabajo normal de los receptores y produce los síntomas ya mencionados. Aunque puede desarrollarse a cualquier edad, el grupo más afectado sigue siendo el de personas de 40 a 60 años. Además, las personas con trastornos inmunológicos, enfermedades autoinmunes, infecciones virales, desequilibrios químicos de los electrolitos en el oído, enfermedades relacionadas con la circulación o casos en la familia tienen un riesgo mayor.
El primer paso para el diagnóstico del síndrome de Ménière comienza con la historia clínica del paciente y un reconocimiento del otorrinolaringólogo. El diagnóstico se basa principalmente en la presencia de los síntomas descritos anteriormente que tienen una duración superior a 20 minutos por episodio. En algunos casos, durante el reconocimiento, el médico también intentará evaluar la pérdida de audición, ya que se considera el síntoma más importante de la enfermedad. El reconocimiento puede utilizarse para determinar si la pérdida auditiva se originó en el oído interno, es decir, se trata de audición sensorial, o en el nervio acústico, es decir, se habla de audición neutral. Esto se hace con una electrococleografía, que registra la respuesta eléctrica del oído al sonido. Además, para comprobar el estado del sistema vestibular, que es el responsable del equilibrio, el especialista también puede recurrir al nistagmo o al procedimiento por el cual se introduce agua o aire en el oído hasta que provoca movimientos involuntarios de los ojos, a partir de los cuales se puede detectar el problema con el equilibrio. Para excluir el diagnóstico de cáncer, cuya fase aguda presenta síntomas similares a los de la enfermedad de Ménière, también es aconsejable realizar pruebas de TAC y resonancia magnética.
Hasta la fecha, no existe un tratamiento específico para la enfermedad de Ménière, pero se utiliza una mezcla de diferentes tratamientos para mejorar los síntomas. El tratamiento farmacológico a base de psicofármacos y antihistamínicos de primera generación que actúan sobre los síntomas del mareo es el primer método utilizado. En casos más complejos, también se pueden utilizar medicamentos antieméticos para combatir los vómitos, antiinflamatorios e inmunosupresores. También se ha demostrado que algunos cambios en la dieta pueden ser beneficiosos en la lucha contra esta enfermedad. Entre ellos se incluyen: reducción de la sal, para reducir la retención de agua y, por lo tanto, del líquido acumulado en el oído; eliminación del tabaco, el alcohol, el chocolate y la cafeína, que empeoran los síntomas generales. El tratamiento psicológico para ayudar a la persona a sobrellevar mejor los episodios de ataques de vértigos y así mejorar su calidad de vida es otra de las herramientas. Por último, en los casos en que ninguno de los tratamientos anteriores ha producido mejoras, se puede utilizar la cirugía para descomprimir el saco endolinfático, la parte final del laberinto membranoso, o cortar el nervio vestibular.
La epistaxis o sangrado nasal es toda hemorragia con origen en las fosas nasales. Esta hemorragia puede estar causada por un traumatismo, irritación o sequedad del revestimiento de la nariz, rinitis alérgica, resfriados o sinusitis.
Otras causas pueden ser la obstrucción nasal, en casos de tabique desviado u objetos extraños en la nariz. En la mayoría de casos tiene su origen en el tabique, que es el cartílago vertical que separa las cámaras nasales y está recubierto de vasos sanguíneos muy frágiles, que pueden romperse. Dicha epistaxis es fácil de frenar.
En cualquier caso, toda epistaxis requiere de ayuda médica si persiste tras quince o veinte minutos de tratamiento, si se repite frecuentemente, si la sangre drena hacia la garganta o si se sospecha lesión en cuello o cabeza. La mejor forma de frenar la hemorragia es sentarse inclinado hacia delante y taparse las fosas nasales con los dedos, respirando por la boca.
Normalmente, la mayoría de las hemorragias nasales suelen detenerse sin que se necesite ayuda médica en un periodo de tiempo comprendido entre quince y veinte minutos. No obstante, cuando el sangrado o la hemorragia están originados en los segmentos posteriores, es preciso acudir a un especialista para detenerla.
Estas hemorragias pueden ser peligrosas, y son comunes tras una lesión, o en ocasiones está causado por una presión alta, desórdenes nasales, arterioesclerosis…
El sangrado de la nariz puede en ocasiones indicar la presencia de otro problema serio, como una alteración en la coagulación de la sangre o la presencia de un tumor nasal.
El principal signo o síntoma de la epistaxis es el sangrado nasal. En un principio las epistaxis suelen ser escasa y de duración limitada. En casos de mayor gravedad, la sangre puede salir por uno de los orificios nasales y/o hacerse bilateral conforme la sangre fluye por las fosas.
Otros síntomas de la epistaxis son:
En el caso de que el sangrado no cese, el paciente puede necesitar una valoración urgente por parte de un especialista para controlar así este sangrado.
El objetivo de las pruebas médicas será identificar y localizar el sangrado, y para esto es habitual que se realice una rinoscopia anterior. En otras ocasiones se puede hacer una endoscopia nasal y explorar la orofaringe.
Existen diversas causas que pueden originar o producir una epistaxis:
Por otro lado, existen otras causas originadas por factores externos:
La mejor forma para prevenir las hemorragias nasales es evitando los factores de riesgo. Estos son los siguientes:
A su vez, se puede hacer lo siguiente:
La mayoría de las hemorragias de la nariz acaban deteniéndose por sí mismas sin que se necesite una ayuda externa en un periodo de en torno a un cuarto de hora. No obstante, las hemorragias nasales originadas en la parte posterior de la nariz pueden ser más graves y precisar de atención médica.
De forma autónoma, el paciente debe realizar lo siguiente:
En el caso de que el sangrado sea muy grave se puede tratar con una cauterización, aunque antes es necesario localizar e identificar el origen y el punto por el que se está produciendo la hemorragia. El taponamiento nasal anterior es también una opción, aunque requiere la hospitalización del paciente.
Ya por último, en ocasiones es necesario realizar tratamiento quirúrgico para controlar definitivamente el sangrado. Existen tres métodos, la electrocoagulación, la ligadura arterial y la fotocoagulación láser. En todos los casos se utilizará anestesia general o sedación, y se utilizará visión a través de endoscopia.
El especialista encargado de diagnosticar y tratar la epistaxis y las hemorragias nasales es el especialista en Otorrinolargingología.
FARINGITIS
Tipo: Enfermedad
¿Qué es la faringitis?
La faringitis, o dolor de garganta, es la inflamación de la faringe, que está situada entre las amígdalas y la laringe. Esta enfermedad puede ser aguda o crónica. La faringitis aguda suele remitir en una semana y está causada por una infección viral o bacteriana. Provoca dolor de garganta, fiebre, erupción cutánea, enrojecimiento de la faringe, hinchazón de los ganglios linfáticos, dolor de cabeza y dificultad para deglutir. La faringitis crónica afecta a aquellas personas que por constitución tienen la mucosa de la faringe débil.
La mayoría de los casos suelen darse durante los meses más fríos. La enfermedad con frecuencia se propaga entre los miembros de la familia y contactos cercanos.
¿Qué síntomas presenta?
El principal síntoma de la faringitis es el dolor de garganta. Otros síntomas son fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, erupción cutánea e inflamación en los ganglios linfáticos en el cuello.
Causas de la faringitis o por qué se produce
La faringitis está causada por la hinchazón de la parte posterior de la garganta, conocida como faringe. La mayoría de las veces se debe a resfriados, gripe, virus coxsackie o mononucleosis.
¿Se puede prevenir?
Para prevenir la faringitis se debe evitar el contacto con las secreciones faríngeas mediante, por ejemplo, el uso de guantes por parte del dentista. También es importante lavarse las manos y evitar compartir tazas o utensilios para comer con personas enfermas.
¿En qué consiste el tratamiento?
Dependiendo del origen de la infección, el tratamiento consiste en la administración de antibióticos o de medicamentos para aliviar los síntomas. También es importante hacer reposo, beber líquidos calientes y hacer gárgaras.
El tratamiento de la faringitis crónica busca aliviar los síntomas y se basa en evitar los ambientes adversos y los factores que empeoran la patología. Cuando se presenta de manera reiterada o provoca complicaciones graves, el paciente puede requerir cirugía.
Si no recibe el tratamiento adecuado, puede derivar en una infección de oído, sinusitis o absceso periamigdalino.
La fibroscopia es una exploración endoscópica utilizada, sobre todo, en Otorrinolaringología. Se emplea un instrumento de fibra óptica flexible conectado a una fuente de luz fría, a una cámara y a un monitor que permite la exploración directa de cavidades del organismo.
La fibroscopia consiste en la introducción de una cámara dotada con una fuente de luz en diversas cavidades que deben explorarse, sobre todo en la zona del aparato respiratorio (nariz y mucosas, y garganta). Con el fibroscopio conectado a una cámara el especialista podrá iluminar, explorar y visualizar el interior de la nariz, la faringe y la laringe, con el objetivo de realizar un diagnóstico más preciso.
En Otorrinolaringología la fibroscopia se utiliza para explorar la nariz, la rinofaringe, nasofaringe, la hipofaringe y la laringe. Esto permite realizar diagnósticos precisos. Según la zona a explorar, la técnica recibe un nombre concreto. Así, la exploración nasal con fibroscopia se denomina nasofibroscopia, la exploración de la laringe fibrolaringoscopia y la exploración de toda la vía respiratoria alta se llama nasofibrolaringoscopia.
En concreto, se emplea en pacientes con problemas de garganta, nariz u oídos. Es frecuente realizar la fibroscopia para el diagnóstico de: sinusitis, nariz taponada, apnea del sueño, tumores, poliposis nasal, tabique nasal desviado, disfonía, nódulos, pólipos, quistes o tumores en cuerdas vocales y reflujo gastroesofágico.
Otras aplicaciones menos comunes es la exploración de la zona de la glotis y de la tráquea, así como los bronquios principales en pacientes que llevan cánula de traqueostomía.
En principio no es necesaria ninguna preparación especial para someterse a una fibroscopia. En caso de que el paciente tenga especial reflejo nauseoso el especialista aplicará un poco de anestesia tópica en forma de spray (algo que normalmente no es necesario).
La fibroscopia conlleva una pequeña molestia porque la fibra produce un pequeño roce en la mucosa nasal y/o faríngea. En la mayoría de casos es tolerada y puede realizarse sin anestesia. Tampoco produce sensación de ahogo y normalmente tampoco produce náuseas. No obstante, si la zona es más sensible o el paciente tiene un reflejo nauseoso importante, puede requerirse un poco de anestesia en forma de spray.
Gracias a la fibroscopia podrán diagnosticarse disfunciones o patologías en las vías respiratorias. El especialista que realiza la prueba será quien, según los resultados, considere la mejor opción terapéutica. Sin embargo, al ser una prueba muy precisa permite visualizar de una forma muy concreta cualquier problema de garganta, nariz, laringe o faringe.
La fonocirugía consiste principalmente en un conjunto de técnicas quirúrgicas que modifican y corrigen alteraciones anatómicas en la voz, mejorando su función.
La fonocirugía es la microcirugía de la laringe, en la que normalmente se presentan las anomalías típicas en las cuerdas vocales, como los pólipos, los nódulos, quistes… En este caso, la fonocirugía consiste en una cirugía con una duración aproximada de media hora, aunque requiere de una gran habilidad por parte del especialista, ya que se pueden lesionar las partes nobles de la cuerda vocal.
Existen tres formas de abordar la fonocirugía, por vía externa, mediante endoscopio y por vía microscópica. Normalmente, se utiliza anestesia general para realizar la intervención.
Normalmente se lleva a cabo una operación de cuerdas vocales —también conocida como operación de pliegues vocales— cuando existen alteraciones en los tejidos de las cuerdas vocales o trastornos en el movimiento de los pliegues vocales que provocan una afonía de carácter duradero en el paciente.
Con la fonocirugía se logra restaurar el correcto o adecuado funcionamiento de las cuerdas vocales cuando estas se encuentran afectadas por una lesión que provoca afonía. La cirugía de las cuerdas vocales se indica en los casos en los que existe una lesión benigna en las cuerdas vocales. Algunos son:
En términos generales, la intervención de las cuerdas vocales, mediante la introducción de un laringoscopio o un tubo a través de la boca que permite acceder a las cuerdas sin agredir quirúrgicamente el cuello y sin dejar marcas ni cicatrices.
La intervención se lleva a cabo normalmente con un microscopio quirúrgico con el que se corrigen las anomalías presentes y conservando el máximo de mucosa sana para que se recupere la voz de la mejor forma posible. Otra de las opciones es mediante el empleo de láser CO2, que aporta la principal ventaja de ser muy preciso y que evita al máximo el sangrado.
La intervención se lleva a cabo de manera ambulatoria —es decir, no es necesario el ingreso hospitalario— bajo anestesia general y su duración no supera los tres cuartos de hora.
El diagnóstico y el tratamiento de las lesiones de las cuerdas vocales lo hará el Otorrinolaringólogo, con estudios de la voz y con microendoscopia, con la que se pueden descubrir lesiones imperceptibles para la persona.
De cara a la intervención, será necesaria la realización de un análisis, pruebas de anestesia y una valoración física. El estudio foniátrico completo es de vital importancia, ya que aportará información de la lesión principal y otros problemas asociados.
A su vez, es importante que el paciente sea consciente de las limitaciones de la cirugía, así como sus posibles complicaciones, con especial atención a la aparición de fibrosis cicatrízales, que es la complicación más temida ya que empeora la voz.
Tras someterse a la fonocirugía, es necesario mantener reposo vocal durante un tiempo aproximado de una semana. Este reposo consiste en no utilizar o limitar al máximo el uso de la voz.
El paciente puede notar molestias durante los primeros días, aunque estas deberían desaparecer antes de que se cumpla una semana desde la intervención. La recuperación de la voz puede requerir la intervención de un Logopeda.
Las paratiroides son cuatro glándulas que se encuentran en el cuello y producen la hormona paratiroidea, que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio entre el calcio y el fósforo. Si estas producen cantidades excesivas o muy bajas de hormonas el equilibrio puede verse alterado.
El equilibrio entre el calcio y el fósforo puede verse afectado si las glándulas paratiroides generan demasiadas o muy pocas hormonas. El primer caso se conoce como hiperparatiroidismo, en el cual el nivel de calcio en la sangre aumenta. En algunos casos un tumor benigno en estas glándulas puede aumentar su actividad, en otros el exceso de hormonas puede provocar un aumento del tamaño de las mismas y, en casos más aislados, incluso desarrollar un cáncer.
Si no se producen suficientes hormonas se la patología se conoce como hipoparatiroidismo, donde el contenido de calcio en la sangre no es suficiente y el de fósforo es excesivo. Entre sus causas pueden encontrarse lesiones en las glándulas, trastornos endocrinos o cuadros genéticos.
Las patologías que pueden desarrollarse en la glándula paratiroides son tres: el hiperparatiroidismo, el hipoparatiroidismo y el cáncer.
- Hiperparatiroidismo: los niveles de calcio en la sangre aumentan. Los síntomas son varios, entre ellos sufrir una fragilidad en los huesos que puede causar su frágil rotura, cálculos renales, orina excesiva, dolor abdominal, cansancio o debilidad, depresión o falta de memoria, dolor en los huesos y articulaciones, náuseas, vómitos y pérdida del apetito.
- Hipoparatiroidismo: se produce por un descenso de los niveles de calcio en la sangre y un exceso de fósforo. Sus síntomas pueden ser entumecimiento alrededor de la boca, manos o pies, espasmos, convulsiones, presión arterial baja, falta de estabilidad emocional, ansiedad o depresión, problemas dentales y cabello áspero o quebradizo.
- Cáncer: los síntomas para detectar un cáncer en la glándula paratiroides son la dificultad para hablar o tragar, debilidad muscular, incremento de los niveles de calcio en la sangre y si el paciente se encuentra un bulto en el cuello.
- Hiperparatiroidismo: para combatir esta patología los especialistas recurren a la ingesta de líquidos para evitar la formación de cálculos renales, recomendar al paciente hacer ejercicio físico, evitar los diuréticos o someterse a una cirugía para la extirpación de las glándulas paratiroides.
- Hipoparatiroidismo: el objetivo es restaurar el equilibrio del calcio y minerales en el organismo. Puede tratarse con suplementos de carbonato de calcio y vitamina D, además de inyecciones de PTH si el especialista lo cree oportuno. También pueden tratarse por separado algunos de sus síntomas como las convulsiones o espasmos.
- Cáncer: los tratamientos más efectivos son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, aunque el especialista siempre procederá al tratamiento más efectivo según cada caso en particular.
Los especialistas que pueden tratar las patologías que se encuentran en la glándula paratiroides son los expertos en Cirugía General, Cirugía Oral y Maxilofacial, Endocrinología y Otorrinolaringología. Según el caso y la situación del paciente será un especialista u otro quien desarrollará el diagnóstico y posterior tratamiento para el afectado.
La glándula parótida es principalmente una glándula salival voluminosa y bilateral, es decir, se sitúa en ambos lados de la cara.
Su localización exacta es en el ángulo de la mandíbula en la parte delantera y bajo la oreja. Es una de las glándulas responsables de producir la mayor parte de saliva del cuerpo. Se trata de las glándulas más grandes y complejas del conjunto glandular, y contienen los ganglios linfáticos paratoideos. El nervio facial y la arteria carótida la atraviesan, y en ella nace la yugular.
La función de la glándula parótida, al igual que el resto de las glándulas salivales es la de producir saliva, que posteriormente se vierte en el interior de la cavidad.
La secreción de saliva ayuda a mantener la boca perfectamente lubricada durante todo el día, así como a masticar y a deglutir de una forma más sencilla los alimentos.
La saliva cumple una función importante en la boca de la persona, ya que lubrica y humedece la cavidad oral, ayudando así a mantener un buen estado de la cavidad bucodental. Así, y gracias a la función de las glándulas salivares se evita el daño en la zona de las mucosas blandas de la boca, reduciéndose así el riesgo de padecer infecciones y lesiones en la zona.
A su vez, la saliva es importante de cara a deglutir alimentos, mezclándose con estos ayudando a digerirlos. La saliva está compuesta por una serie de enzimas que favorecen la descomposición de la comida en sustancias simples que finalmente acaban siendo absorbidas por el cuerpo.
Existen diversas patologías por las que la glándula parótida y el resto de glándulas salivales pueden verse afectadas. Estas patologías son:
El especialista encargado de diagnosticar y tratar los problemas de la glándula parótida es normalmente el cirujano maxilofacial o el cirujano general. No obstante, y debido a la complejidad de los problemas de la glándula pueden intervenir distintos especialistas, como oncólogos, oncólogos radioterápicos, médicos internistas…
Las glándulas salivales son los órganos responsables de la secreción de saliva. Estos se encuentran en la boca, el cuello y la cabeza. Las más grandes son las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares y sublinguales. También hay algunas glándulas salivales menores que se encuentran en la faringe, en la lengua, en los labios y en la mucosa interna de la boca.
Las glándulas salivales producen la saliva, un líquido espumoso cuyas funciones son múltiples: descomponer los alimentos solubles ingeridos, ablandarlos para facilitar la deglución, producir ptialina, una enzima que inicia el proceso de digestión de los hidratos de carbono. La saliva se produce constantemente, sin embargo, dependiendo de los estímulos ambientales o psíquicos, ya sea la introducción de alimentos en la boca o el recuerdo de un alimento específico, puede aumentar. Una intoxicación, inflamación o la fiebre también pueden estimular una mayor producción. La saliva de las glándulas salivales menores tiene una acción lubricante y antibacteriana en la pared bucal. Además, las glándulas salivales menores también tienen una función limpiadora en la mucosa, lo que permite una mejor percepción del sabor.
Al igual que otros órganos, las glándulas salivales también pueden verse afectadas por ciertas enfermedades. La más frecuente es la parotiditis epidémica, más conocida como «paperas». Otras patologías son la sialolitiasis, en la que se presentan cálculos salivales, con su variante la sialoadenitis alitiásica, la parotiditis juvenil recurrente, la parotiditis por yodo radiactivo y la parotiditis por bruxismo. Más raros son el síndrome de Sjogren, una enfermedad de origen autoinmune en la que se produce un encogimiento o hinchazón anormal de los conductos salivales, la sialosis y la sialometaplasia necrotizante y los tumores.
Dependiendo de la enfermedad diagnosticada se requerirá un enfoque diferente. Cuando la causa es una inflamación aguda, se prescribirá el uso de agentes antiinflamatorios o antibióticos específicos. Sin embargo, en el caso del cáncer, generalmente se utiliza la cirugía. Por otro lado, la sialoendoscopia es el método más efectivo para tratar los cálculos de las glándulas salivales, la parotiditis juvenil recurrente, la parotiditis por yodo radiactivo y la parotiditis por bruxismo.
El otorrinolaringólogo es el especialista en trastornos de las glándulas salivales. Dependiendo de la enfermedad diagnosticada, también puede ser necesario recurrir a un especialista en cirugía general o maxilofacial en una fecha posterior.
La halitosis es el mal aliento o el desprendimiento de mal olor de boca. Normalmente, la halitosis tiene su origen en la boca, como consecuencia de la descomposición bacteriana de restos de alimentos. La halitosis puede afectar psicológicamente a las personas afectadas, ya que pueden tener problemas en su vida familiar y social.
El síntoma principal de la halitosis es el malo olor.
Las causas de este trastorno pueden ser orales (problemas en la dentadura, encía, saliva, lengua…) o extraorales (alteraciones de las vías respiratorias, alteraciones orgánicas o digestivas o el consumo de tabaco y alcohol). En este último caso, el diagnóstico es más complejo y se precisa de tecnología avanzada para ello. Las patologías y condiciones clínicas relacionadas con la creación de compuestos volátiles pueden estar relacionadas con gran variedad de áreas médicas.
La halitosis se puede prevenir con una correcta higiene oral mediante un buen cepillado, el uso profundo del hilo dental y de un buen enjuague bucal para así eliminar los ácidos y restos alimenticios que pueden llegar a descomponerse y causar el mal aliento. Dicha limpieza se debe realizar después de cada comida y, sobretodo, antes de irse a dormir que es el mayor momento en que la boca está en reposo y disminuye la producción de flujo salival, substancia que previene una mayor acción de las bacterias. Las revisiones periódicas con un experto también ayudan a la previsión de la halitosis o cualquier patología que la pueda generar.
En aquellos casos en que la causa directa de la halitosis sea un problema bucal, el tratamiento a requerir será en función de cada caso. El especialista determinará si la solución irá enfocada a: la eliminación del sarro o placa bacteriana, la extracción de dientes con caries, el uso de seda dental y flúor antiséptico, la aplicación de un cepillado tres veces al día, limpieza lingual o evitar el tabaco, el alcohol o ciertos alimentos y bebidas como el café.
Si la halitosis es un factor consecuencia de otra patología distinta, el especialista deberá realizarle las pruebas pertinentes para descubrir el foco del problema.
La hiperacusia (o algiacusia) es un síndrome que hace que los sonidos cotidianos se conviertan en dolorosos en el oído, desarrollando el paciente excesiva sensibilidad a los sonidos de determinadas tonalidades o frecuencias. La hiperacusia ocurre porque se da una pérdida del rango dinámico del oído. Lo más negativo de sufrir hiperacusia es que es algo tan molesto que el paciente va abandonando sus actividades de ocio. Así, la vida normal se les hace imposible y abandonan hábitos como pasear, hablar por teléfono, salir con amigos y dejan de usar electrodomésticos como secadores de pelo o aspiradoras, al no tolerar el sonido. La hiperacusia puede iniciarse de forma lenta o repentina. Aparece en pacientes con audición normal o con audición levemente disminuida (hipoacusia ligera), o en personas con hipoacusia moderada. Normalmente se acompaña de acúfenos (zumbido o ruido en el oído). Las causas de la hipoacusia pueden ser del oído interno (daño en la cóclea o caracol, por irritabilidad de la células ciliadas), del nervio auditivo, tras una parálisis del nervio facial, del tronco cerebral (caso extraño), del cerebro (hiperacusia central), asociada a la migraña, por fibromialgia, relacionada con el “síndrome de dolor regional complejo”, por irritabilidad de las vías auditivas centrales o de origen psicológico, entre otras causas. El tratamiento suele ser con medicación, para aliviar los síntomas.
La hipertrofia de los cornetes es una patología que afecta a la mucosa respiratoria. Los cornetes nasales son una estructura que se encuentra en el interior de las fosas nasales. Son seis protuberancias (dispuestas por pares) formadas por tejido óseo y tejido conectivo, recubiertas por una mucosa.
Los cornetes se utilizan para humidificar y calentar el aire que se inhala por la nariz. Algunas veces, estos órganos pueden inflamarse y aumentar su volumen. A esta afección se le denomina hipertrofia de los cornetes.
El aumento del tamaño de los cornetes puede provocar los siguientes síntomas:
Para poder diagnosticar la patología, es necesario conocer la historia clínica del paciente y someterse a las siguientes pruebas:
Entre las causas que favorecen la aparición de hipertrofia de los cornetes encontramos:
Los tratamientos utilizados para combatir la hipertrofia de los cornetes dependen de cada caso. El médico puede prescribir tratamientos locales mediante el uso de soluciones nasales que pueden devolver los cornetes a su estado normal (en caso de hipertrofia de la mucosa de leve a moderada).
Cuando, por el contrario, estos tratamientos no son beneficiosos o no producen resultados satisfactorios, puede recurrirse al tratamiento quirúrgico (turbinectomía parcial, mucotomía inferior o vaciado submucoso) consistente en la extirpación de una parte de la mucosa y del hueso de los cornetes, o someterse a las nuevas técnicas mínimamente invasivas que implican el uso de láseres o radiofrecuencias.
Para un correcto diagnóstico y tratamiento de la hipertrofia de los cornetes, es necesario consultar a un experto otorrinolaringólogo.
La hipoacusia, también conocido como sordera parcial, es la disminución de la sensibilidad auditiva. Esto afecta a uno y ambos oídos y se puede presentar en diferentes tipos y grados.
En cuanto a los tipos, pueden ser 3:
En la escala de los grados se encuentran los siguientes:
La hipoacusia puede presentarse en diferentes edades, por lo que los síntomas pueden variar. Entre los síntomas más comunes, pueden incluir algunas de las siguientes condiciones:
Otros síntomas pueden ser:
Las causas pueden ser por diferentes motivos. Algunos de ellos son los siguientes:
La prevención se basa en evitar en la medida de lo posible, los factores de riesgo. Esto también depende de la causa que lo origina, es decir, si la hipoacusia es genética, la prevención no es posible.
Es importante evitar volúmenes elevados, especialmente para promover una higiene auditiva saludable.
El tratamiento varía dependiendo del grado de la patología. En los casos donde es leve o moderado, el tratamiento convencional es la colocación de un audífono.
Para casos de hipoacusia profunda, se puede realizar un implante de conducción ósea que transmite el sonido a través del hueso del cráneo hasta el oído dañado. Es importante seguir las indicaciones de un otorrinolaringólogo.
Las malformaciones congénitas son defectos o anomalías en el cuerpo del bebé que se desarrollan durante el embarazo. Existen más de 4000 formas de anomalías congénitas, y se engloban en dos grandes grupos:
Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen 303.000 recién nacidos durante las 4 primeras semanas de vida, a causa de malformaciones congénitas. Afortunadamente, muchas de estas enfermedades logran evitarse si se detectan a tiempo durante la gestación.
Existen muchos grados de gravedad en las malformaciones congénitas, de forma que algunas no requieren siquiera tratamiento, así como otras pueden necesitar un tratamiento y seguimiento unos años o de por vida, o incluso cirugías de urgencia. La realidad actual es que las malformaciones congénitas suponen una causa importante de mortalidad infantil, discapacidades y enfermedades crónicas.
Gracias a los avances en Medicina las malformaciones congénitas se dan en muy pocos casos, sólo 15 de cada 1.000 recién nacidos en España. Por otra parte, al tratarse muchas de ellas de enfermedades raras o poco frecuentes, suponen un reto mayor para miles de familias, que se encuentran más desamparados al hacer frente a una enfermedad desconocida.
Cuando un bebé que se está gestando presenta malformaciones no produce síntomas notables en la madre, si no que la única forma de detectarlas a tiempo es realizar un correcto seguimiento del embarazo y estudios genéticos y prenatales.
Por otra parte, los síntomas que provocan las malformaciones congénitas en el recién nacido son muy variables en función de la malformación en concreto y el grado que presenta. Algunas malformaciones son imperceptibles o permiten llevar perfectamente una vida autónoma, mientras otras son discapacitantes o requieren tratamiento de por vida.
La mayoría de pruebas de diagnóstico de enfermedades congénitas suelen realizarse durante el embarazo en el seguimiento que debe realizar la futura madre con el especialista. La ecografía permite al especialista ginecólogo observar la evolución y desarrollo del feto, pudiendo detectar una gran parte de malformaciones congénitas: por ejemplo, permite detectar el Síndrome de Down durante el primer trimestre del embarazo o anomalías fetales graves hasta el segundo trimestre.
La amniocentesis es otra de las pruebas clave en la detección de patologías como defectos del tubo neural o anomalías cromosómicas durante los dos primeros trimestres del embarazo.
por otra parte, antes del embarazo también es recomendable que la pareja se realice estudios genéticos para conocer el riesgo que presentan de tener un bebé con malformaciones congénitas.
La mayoría de estas malformaciones son de origen desconocido, pero se han detectado diversos agentes que pueden tener relación con la aparición de varias de ellas:
Los especialistas en Ginecología y Obstetricia y las entidades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud recomiendan una serie de medidas de prevención primaria para las malformaciones congénitas:
Muchas malformaciones congénitas se pueden corregir o mejorar mediante Cirugía Pediátrica, incluso durante la gestación. En otros casos, los recién nacidos pueden requerir tratamiento farmacológico desde su nacimiento o incluso ser sometidos a operaciones de urgencia para salvar su vida.
El tratamiento que requerirá cada paciente puede variar en función de su malformación o patología congénita, así como su evolución.
El especialista en detectar estas malformaciones es el Ginecólogo y Obstetra, quién lleva a cabo el seguimiento del embarazo. El cirujano pediátrico puede intervenir en el tratamiento de algunas malformaciones, así como el Pediatra será el especialista encargado de llevar el seguimiento y valoración del bebé tras el nacimiento. En el tratamiento de las malformaciones también pueden intervenir otros especialistas como logopedas o psicólogos.
La mastoiditis es una infección del hueso mastoideo del cráneo, que se encuentra justo detrás del oído. Su principal causa es una infección de oído y afecta principalmente a los niños. Algunos de los síntomas que presenta son: dolor o molestia en el oído, fiebre, dolor de cabeza, pérdida de audición o hinchazón del oído.
La microcirugía del hueso temporal es la intervención del hueso par que forma parte del cráneo y que hace parte de la pared lateral y base de cráneo, además de constituir los 2/3 de la fosa craneal media y 1/3 de la fosa posterior. Oficialmente es un hueso que solo tiene tres porciones: porción escamosa, porción mastoidea y porción petrosa. Para poder dar mejor descripción se le añaden dos: porción timpánica y apófisis estiloides (porción estiloidea), sumando cinco porciones.
Las funciones del hueso temporal son:
- Proteger el encéfalo y los órganos auditivos
- Proporcionar parte de las superficies articulares para la Articulación Temporomandibular
- Forma parte de la región temporal y de la fosa temporal
Al contener el hueso temporal varias cavidades y recesos relacionados con el oído (como la cavidad timpánica y la trompa de Eustaquio), es un hueso que guarda relación en varias patologías del oído, como el tinnitus o pitidos en los oídos (acúfenos), incluso en mareos y Síndrome de Mèniere.
La microcirugía del hueso temporal puede deberse a una patología del oído o a un traumatismo en el hueso temporal. De hecho, las fracturas son las lesiones más frecuentes. Si la fractura no se visualiza correctamente algunos signos indirectos pueden hacer aumentar la sospecha: ocupación de partes blandas en celdas mastoideas o en la caja timpánica y aire en lugares no habituales. La cadena de huesecillos del oído puede lesionarse por luxaciones o por fracturas, lo que se estudiará con tomografía computerizada.
Aunque los traumatismos que afectan al cráneo son las causas más comunes de lesiones en el hueso temporal, también puede ser consecuencia de impactos directos, cuerpos extraños o heridas penetrantes. Normalmente cuando hay fractura de hueso temporal ha habido de por medio un traumatismo de alta energía, por lo que la asociación con otras fracturas de cráneo es común.
La disección del hueso temporal es una cirugía compleja para otólogos, neuro otólogos y aquellos especialistas que se dedican a la cirugía de oído/cráneo. Es imprescindible una destreza quirúrgica y conocimientos anatómicos adecuados, para manejar las patologías que afecten al hueso de forma correcta. Así, hay diferentes procesos quirúrgicos según cuál sea el problema a abordar. Algunos son:
Según cuál sea la intervención a realizar el especialista solicitará una preparación u otra. Es necesario realizar una tomografía computerizada previamente, para poder estudiar la profundidad y tipología de la lesión. Una vez diagnosticada, el especialista en Otorrinolaringología será quien estipule la preparación que debe seguir el paciente.
Tras la intervención serán necesarios ciertos cuidados. No hay que olvidar que la zona intervenida es delicada, por comprender el cráneo y una serie de huesos también frágiles, como son todos aquellos que forman las estructuras auditivas. Será el especialista en Otorrinolaringología quien recomiende el mejor post-operatorio y cuidados en cada caso.
Continuamente se está avanzando en la búsqueda de técnicas mínimamente invasivas. El campo de la cirugía del hueso temporal no es una excepción. Es una región extremadamente delicada, con muchas terminaciones nerviosas y estructuras muy sensibles, por lo que la mínima invasión siempre será algo positivo.
El nervio facial controla los músculos de los lados de la cara, permitiéndonos sonreír, guiñar el ojo, llorar, fruncir el ceño y hacer muchas otras expresiones faciales. El nervio facial también nos ayuda a controlar nuestros movimientos faciales al comer, beber y hablar.
Hay dos nervios faciales; uno a cada lado de la cara que viaja alrededor del oído medio, saliendo de la base del cráneo y ramificándose desde la glándula parótida. Estas ramas permiten la función motora de todos los diferentes músculos faciales.
El daño al nervio facial puede resultar de:
Los trastornos del nervio facial pueden provocar los siguientes síntomas:
Los síntomas dependerán de la gravedad del daño causado al nervio facial.
Si un paciente está experimentando síntomas de daño al nervio facial, se realizarán pruebas para determinar la causa subyacente, de manera que se pueda administrar el tratamiento correcto. Se pueden utilizar las siguientes pruebas:
Dependiendo de la causa, los tratamientos potenciales para los síntomas de los trastornos del nervio facial son:
La neuralgia del trigémino es un trastorno nervioso que causa un dolor punzante o de tipo electrochoque en partes de la cara. Su dolor proviene del nervio trigémino que lleva las sensaciones de tacto y dolor desde la cara, los ojos, los senos paranasales y la boca hasta el cerebro. Esta enfermedad afecta, normalmente, a los adultos aunque puede afectar a cualquier persona.
La evolución y el diagnóstico de la neuralgia del trigémino es variable dependiendo de la persona y la situación. Los ataques de dolor pueden aparecer en diversas ocasiones al día durante semanas y meses y sin previo aviso puede parar repentinamente sin llevar ningún tipo de tratamiento. Las fases de dolor pueden prolongarse en el tiempo, es más, el 29% de los pacientes pueden sufrir solamente una única fase. En otros pacientes, la neuralgia del trigémino puede provocar tres o más fases del mismo tipo. Por otro lado, el 21% de las neuralgias del trigémino producen episodios de dolor idénticos en los primeros cinco años. En la gran mayoría de casos el dolor se puede evitar realizando un tratamiento efectivo para la neuralgia del trigémino, aunque sea por momentos. Sin embargo, ninguno de los tratamientos existentes asegura una curación 100% efectiva.
Los síntomas que caracterizan una neuralgia del trigémino son dolores faciales muy intensos, en su gran mayoría unilaterales, que duran desde un segundo hasta dos minutos. Los dolores de esta patología figuran entre los dolores más insoportables de todos los conocidos. Muchos pacientes afectados los han llegado a catalogar de fulminantes, o como si estuvieran padeciendo un choque eléctrico. Los episodios de dolor pueden ser recurrentes y repetitivos, su aparición es espontánea sin ningún desencadenante que pueda ser identificable. En ocasiones puede aparecer en acciones tan cotidianas como: frotarse las mejillas o la frente, al hablar, reír, lavarse los dientes, masticar o tragar.
Para realizar un diagnóstico correcto de la neuralgia del trigémino, se pueden realizar diferentes pruebas. En primer lugar el especialista puede decidir hacer una tomografía por resonancia magnética (TRM) de la cabeza. La razón de la realización de esta prueba es que el trigémino nace en una zona baja del cerebro y se extiende por el cráneo antes de llegar a la base craneal, por lo tanto la causa del dolor también puede aparecer en irritaciones de este nervio a lo largo de su trayecto. Mediante la TRM se pueden descartar la existencia de este tipo de tumores. Además de que a través de una TRM se puede visualizar un posible daño del nervio por un vaso sanguíneo o los primeros síntomas de una enfermedad desmielinizante. Con el objetivo de verificar la idea de que el paciente pueda padecer una esclerosis múltiple, se realiza una punción lumbar. En los casos de que el especialista pueda sospechar que el paciente sufra una neuralgia del trigémino sintomática, puede ser necesario realizar una tomografía computerizada (TC).
La causa más frecuente en la mayoría de casos es el contacto patológico entre el nervio y un vaso sanguíneo. La aparición más frecuente de la neuralgia del trigémino se trata de arterias sanguíneas situadas junto al nervio que es presionado. En la mayor parte de las veces las arterias se entumecen e inflaman a causa de una arteriosclerosis. El aumento de tamaño puede traspasar las capas aisladas que normalmente se hallan entre los nervios y los vasos sanguíneos, y afectan de esta manera al nervio e incluso pueden causarle daño. La causa más extraña de la neuralgia del trigémino se denomina neuralgia del trigémino sintomática, y se puede encontrar en otras enfermedades. Entre ellas figura por un lado, las enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple. La causa que provoca los dolores típicos en la neuralgia del trigémino es un daño en la envoltura del nervio, en la zona de la entrada a la raíz nerviosa. Los dolores también se pueden presentar en las dos partes de la cara en los jóvenes afectados por esta patología.
No se puede realizar una prevención específica para la neuralgia del trigémino. Pero si los dolores nerviosos se prolongan durante cierto tiempo, se puede aliviar la intensidad de los ataques con el tratamiento adecuado o incluso se pueden llegar a evitar los ataques por completo. Por otro lado, se pueden prevenir los factores de riesgo. Por ejemplo, se puede prevenir una arteriosclerosis, que puede conducir a una neuralgia del trigémino, mediante un modo de vida saludable, realizando una alimentación sana y equilibrada y también practicando algún tipo de ejercicio físico regularmente.
El tratamiento que suele aplicarse a la neuralgia de trigémino es médico. Hay diversos fármacos que pueden emplearse, dejando la cirugía para casos que no responden al tratamiento farmacológico o estos crean efectos secundarios que ponen en riesgo al paciente. Los medicamentos que se utilizan durante una neuralgia del trigémino sirvan para prevenir, en ningún caso para que los dolores cesen. En este caso los analgésicos suelen ser ineficaces cuando se utilizan ante una neuralgia del trigémino porque el efecto del fármaco comienza a la media hora de la toma, y normalmente el ataque más grave del dolor ya ha cesado.
El especialista que trata la neuralgia del trigémino es el neurocirujano. Desde Top Doctors ofrecemos el servicio de cita previa para que el paciente pueda reservar una consulta con el especialista que más se adapte a sus necesidades.
El neurinoma auditivo o neurinoma del acústico es un tumor que se forma en el conducto auditivo interno. A pesar de ser un tumor benigno, es agresivo porque cuando no se hace un diagnóstico en sus fases iniciales, va creciendo de tamaño y puede llegar a comprimir las estructuras neurales.
Los síntomas más comunes son:
También se pueden dar otros síntomas menos comunes, como:
Las causas del neurinoma del acústico son generalmente desconocidas. Si está en los dos lados del nervio vestibular, la causa suele ser neurofibromatosis de tipo 2, una enfermedad hereditaria.
No se conocen medidas concretas para prevenir esta patología, aunque unos hábitos de vida saludables, que incluyan una alimentación variada y sin grasas, no fumar no beber alcohol en exceso y hacer ejercicio, favorecen el sistema inmunitario, lo que puede reducir el riesgo de padecer enfermedades en general.
En la mayoría de los casos, especialmente si el tumor es grande, si está causando síntomas, si está creciendo rápidamente o si está ejerciendo demasiada presión sobre el cerebro, se requiere una cirugía para extirpar el tumor. Esta intervención tiene como riesgo la pérdida auditiva o la debilitación de la cara.
Otro tratamiento es la radiocirugía eteroatáctica, una forma de radioterapia que consiste en enfocar rayos X de alta potencia sobre una zona pequeña. Se utiliza cuando el tumor es difícil de extirpar quirúrgicamente.
El nistagmus es una patología oftalmológica que consiste en un movimiento involuntario y repetitivo de los ojos. La velocidad del movimiento puede variar entre rápido y lento, y en general, ambos ojos se ven afectados. El nistagmus se puede clasificar en diferentes grupos:
El síntoma más visible es el movimiento involuntario del globo ocular. No obstante, el síntoma principal es la mala visión, especialmente en el nistagmus idiopático, ya que es más difícil que se fije la mirada correctamente en el objeto y que la imagen se proyecte nítida sobre la retina. Debido a este problema, el ojo no se desarrolla de manera adecuada.
En nistagmus adquiridos también puede producirse una patología llamada oscilopsia que consiste en la sensación de que el entorno se mueve alrededor.
En algunos casos, hay una posición en la mirada en la que el movimiento es mínimo o casi desaparece. Se le llama zona neutra o de bloqueo y puede producir tortícolis en el paciente, ya que mueve la cabeza y busca que los ojos estén en esa posición.
Las causas pueden ser de carácter congénito, bien sea por la presencia de condiciones genéticas o por enfermedades congénitas del ojo. Además, puede haber otras causas como la ingesta de cierta medicación, los factores hereditarios, lesiones por accidente, problemas en el oído interno, abuso de drogas o alcohol etc.
No es posible evitar este tipo de patología. No obstante, es importante controlar el consumo de alcohol. También es importante realizar revisiones oftalmológicas anuales y someterse a exploraciones visuales.
El tratamiento varía del tipo de nistagmus, ya que depende de la patología que lo ha causado. Hay algunos medicamentos que pueden disminuir el movimiento, además de la toxina botulínica, que intenta hacer un efecto “parálisis”, aunque en ocasiones ambos tratamientos puede producir efectos secundarios. Es interesante consultar con un especialista en esta patología.
En caso de torticolis, las gafas con prismas y la cirugía en los músculos pueden ayudar a mejorar la posición de la cabeza, ya que desplaza la zona de bloqueo a la posición de frente. Además puede llegar a reducir la intensidad del nistagmus.
Los ojos llorosos, también conocidos como epifora, son una afección en la que hay un exceso de lágrimas en la cara. Es muy común y se puede desarrollar a cualquier edad, aunque es más común en bebés y personas mayores de 60 años. Puede afectar a uno o a ambos ojos y por lo general puede mejorar sin ningún tratamiento, o puede tratar de manera muy eficaz.
La causa de los ojos llorosos es la obstrucción de los conductos lagrimales Algunas personas nacen con los conductos lagrimales subdesarrollados y es normal que los recién nacidos tengan ojos llorosos, los cuales limpian a medida que se desarrollan los conductos. En adultos y niños mayores, la causa más común es la obstrucción de los conductos o conductos que son demasiado estrechos. Los conductos estrechos son el resultado de la hinchazón o la inflamación. Si los conductos lagrimales están bloqueados, las lágrimas se acumularán y no podrán drenar. La acumulación de lágrimas en el saco lagrimal aumenta el riesgo de infección, lo que significa que el ojo producirá un líquido pegajoso.
Los ojos que se irritan pueden producir más lágrimas de lo normal. Los ojos pueden irritarse por una serie de factores, entre los que se incluyen algunos productos químicos, como los vapores, la conjuntivitis infecciosa o alérgica, una lesión en los ojos, como un rasguño o por la arena, las pestañas que crecen hacia adentro o hacia el párpado inferior que gira hacia afuera. Otras causas de los ojos llorosos pueden deberse a una infección de la córnea (queratitis), una llaga abierta que se forma en el ojo (úlcera corneal), orzuelos, parálisis de Bell, ojos secos, alergias como la fiebre del heno y el uso de ciertos medicamentos.
En casos leves de ojos llorosos, el médico puede recomendar no hacer nada excepto controlar el progreso. Dependiendo de la causa del lagrimeo, existen diferentes opciones de tratamiento. En el caso de los ojos llorosos causados por una irritación, si no se aclaran por sí solos, puede ser necesario un tratamiento con antibióticos. Para los conductos lagrimales bloqueados, se puede realizar cirugía para crear un nuevo canal entre los sacos lagrimales hacia el interior de la nariz. El procedimiento quirúrgico se denomina dacriocistorhinostomía (DCR).
Se recomienda tomar un descanso de las pantallas de la lectura, del ordenador o del teléfono. Hay gotas para los ojos disponibles para comprar sin receta en una farmacia para mantener los ojos húmedos. Mantener un paño tibio y húmedo sobre los ojos también puede ayudar a liberar cualquier obstrucción.
La otitis es la infección o inflamación de los espacios del oído. Dependiendo de la duración de la enfermedad, se clasifica en diferentes tipos: aguda, entre una y tres semanas; subaguda, entre 3 y 12 semanas; y crónica, cuando la duración es superior a 12 semanas.
La otitis puede afectar las partes internas o las externas del oído.
Los síntomas más frecuentes de la otitis son: dolor de oído, fiebre, irritabilidad, supuración, vértigo y, más raramente, parálisis facial.
Las causas que provocan otitis son: mal funcionamiento de la trompa de Eustaqui, infección de las vías respiratorias altas o problemas alérgicos (otitis alérgica). Generalmente, las bacterias y los virus son los causantes de la infección de oído.
Para prevenir la otitis, es preciso tener en cuenta determinados cuidados. Es importante evitar que entre agua en el conducto auditivo. Los especialistas aseguran que los tapones de baño no son eficaces para prevenir una otitis externa. Tras el baño, los oídos se han de secar suavemente con el pico de una toalla o con una gasa.
Por lo general, el tratamiento con antibióticos es suficiente para la curación de la otitis, aunque a veces se acompaña de descongestionantes nasales y mucolíticos. En los pacientes con otitis crónica, el síntoma más claro es la pérdida de audición y su tratamiento se determinará según cada caso.
La otología es la rama de la medicina que se ocupa del estudio del oído y de sus enfermedades. Esta disciplina forma parte de la Otorrinolaringología, especialidad dedicada a la prevención diagnóstico y tratamiento de las patologías del oído, nariz y garganta.
El rasgo diferencial del especialista otólogo es que, a diferencia del otorrinolaringólogo, no trata las patologías de nariz y cuello, si no que se especializa en la fisiología, funcionalidad y patologías del oído. La Otología es una rama de Medicina y Cirugía y por tanto, el especialista otólogo tiene también formación para realizar intervenciones quirúrgicas.
la Otología se centra en tratar los problemas de oído y por tanto, los problemas de audición y también de equilibrio. El oído tiene un papel fundamental en el equilibrio y la sensación de vértigo o mareos. Así, algunas de las patologías más frecuentes en la consulta de Otología son las siguientes:
La Otología se centra en el estudio del oído, siendo una subespecialidad dentro de la Otorrinolaringología. Aun así, cada profesional puede especializarse en una patología concreta o en una parte del oído (oído externo, medio e interno), como por ejemplo en los daños del tímpano o la cirugía del oído medio.
Es necesario acudir a un especialista otólogo cuando se sienta pérdida de audición, dolor o molestias de oído, así como de mareos o vértigo.
¿Qué es la otomicosis?
La otomicosis hace referencia a las infecciones de la piel del conducto auditivo externo.
¿Qué síntomas presenta la otomicosis?
Los síntomas que presenta esta patología son picor y otorrea serosa o incluso sero-sanguinolenta en algunas ocasiones.
¿Cuáles son las causas de la otomicosis?
Su principal causa son los hongos, concretamente los de tipo Candida albicans y Aspergillus niger. La otomicosis también puede producirse por bacterias como la Pseudomonas.
¿Se puede prevenir la otomicosis?
Las principales medidas que se recomienda tomar para prevenir la otomicosis son:
¿En qué consiste el tratamiento de la otomicosis?
El tratamiento consiste en limpiar repetidamente el conducto auditivo externo y después aplicar gotas óticas con antifúngicos y con agentes acidificantes. Estos productos dificultan el crecimiento de los agentes infecciosos. El tratamiento también puede requerir medicación vía oral, pero sólo en los casos graves. Además, durante el tratamiento es de vital importancia evitar la humedad en el oído.
La otoneurocirugía es la rama de la Otoneurología que se dedica a tratar quirúrgicamente todas las patologías que se engloban en ella. Así, tratará las enfermedades que afectan al oído interno y a una serie de nervios que discurren por el oído o sus proximidades (facial, auditivo, vestibular y pares craneales bajos, hipogloso, vago y espinal). Así, se engloban la cirugía del Neurinoma del Acústico, la cirugía de la fosa posterior y la cirugía de la región lateral de la base del cráneo, entre otras. Es el especialista en Otorrinolaringología quien realizará las intervenciones, con práctica microscópica y la precisión necesaria para actuar en campos estrechos.
La otoneurocirugía sirve para el diagnóstico precoz de lesiones periféricas o centrales, o patología de la base lateral del cráneo, así como su tratamiento. El diagnóstico del neurinoma del acústico pasa por un alto índice de sospecha ante deterioros de las funciones auditivas y vestibular. Será el otorrinolaringólogo quien, mediante las diferentes técnicas de otoneurocirugía y sus abordajes, conozca las vías auditiva y vestibular, así como la preservación de los órganos y la rehabilitación de la audición con implantes cocleares o implantes de tronco, y del equilibrio con posturografía dinámica. Asimismo, también se engloba en la neurocirugía el conocimiento del nervio facial y la capacidad para manejar dicho nervio y rehabilitar sus secuelas.
La otoneurocirugía se sirve de diversos tipos de abordajes, para poder acceder correctamente a la dolencia del paciente. Así, existen abordajes llamados presigmoideos como el retrolaberíntico, el translaberíntico, el transcoclear o el trasótico, así como los orificios por la Fosa Craneal Media. Todos ellos forman parte habitual de la actuación del otorrinolaringólogo. Asimismo, los abordajes infratemporales y la combinación de muchos de ellos permiten un acceso a las lesiones de localización más compleja. También abordajes tradicionalmente neuroquirúrgicos, como el retrosigmoideo o el lateral extremo, son parte de la Otorrinolaringología. El especialista aplicará normalmente anestesia local para poder realizar las incisiones e intervenciones necesarias en el paciente, y le recomendará el mejor tipo de abordaje en cada caso.
Antes de la otoneurocirugía el especialista en Otorrinolaringología estudiará que el paciente no tenga ninguna infección en el oído. Para ello realizará varias pruebas, entre ellas un examen de oído y pruebas de audición. En otros casos también será necesaria una tomografía computerizada de cabeza. También es importante que el paciente consulte al médico qué medicamentos puede o no tomar. Así, puede que una semana antes de la intervención deba dejar de tomar algunos medicamentos (aspirina o antiinflamatorios, o anticoagulantes).
El paciente deberá seguir una serie de consejos para asegurar la recuperación adecuada tras la intervención. El especialista en Otorrinolaringología deberá aconsejarle pero no debe sufrir ningún golpe en el oído, debe evitar que entre agua en él, así como volar en avión, nadar o bucear, o cualquier exceso de tensión.
La Otología es una subespecialidad de la Otología que estudia y trata enfermedades del oído interno y de los nervios que discurren por el oído y sus proximidades. Estos nervios son el facial, auditivo, vestibular, hipogloso, vago y espinal.
La otoplastia es la cirugía facial que tiene como objetivo corregir y remodelar las orejas prominentes, logrando mejorar su proporción y posición. La intervención se encarga tanto de resituar las orejas de soplillo que están demasiado separadas del cráneo, como reducir su tamaño si son excesivamente grandes, remodelar el lóbulo colgante o recrear el pliegue exterior si es necesario.
Dependiendo de la edad del paciente, la intervención se puede realizar bajo anestesia general o local.
Se realiza para disminuir la timidez y la vergüenza que provoca en el paciente tener una forma inusual en las orejas.
En los niños la cirugía se puede llevar a cabo a partir de los cinco o seis años de edad, cuando el crecimiento de las orejas casi ha terminado.
Normalmente la intervención consiste en una pequeña incisión por detrás de la oreja para remodelar el cartílago y hacer que se pliegue en las zonas apropiadas. De este modo, se consigue una oreja más natural y la cicatriz queda oculta por la parte de atrás.
Antes de someterse a una otoplastia, las mujeres deben confirmarle a su cirujano si está o pueden estar embarazadas.
Durante la semana anterior a la cirugía, el paciente quizás necesite tomar diluyentes sanguíneos para dificultar la coagulación de la sangre. Si durante los días previos la cirugía el paciente padece fiebre, herpes o cualquier otra enfermedad debe comunicárselo al especialista médico.
El día de la intervención el paciente debe estar en ayunas.
Tras la intervención, las orejas se cubren con un vendaje que se retira a los dos o cuatro días. Se debe utilizar una faja liviana o una banda para la cabeza durante dos o tres semans para ayudar a que la zona cicatrice.
La Otorrinolaringología Infantil es la subespecialidad de la medicina que se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento de todos los problemas localizados en el oído, nariz, laringe y faringe de los niños.
Dentro de la Otorrinolaringología Infantil hay enfermedades que afectan de forma casi exclusiva a los más pequeños. Así, las afecciones que con más frecuencia se suelen tratar en Otorrinolaringología Infantil son los problemas auditivos, otitis, alergias, amigdalitis, vegetaciones, problemas de lenguaje, apnea, ronquidos, sinusitis, trastornos de deglución y quistes o malformaciones en cabeza y cuello. Sin embargo, la otorrinolaringología infantil se encarga del diagnóstico y tratamiento de alteraciones de todo el aparato: oídos, nariz y garganta, así como afecciones de cabeza y cuello. También de la cirugía de cabeza y cuello, incluyendo los cuidados previos y post operatorios de cada intervención.
La otitis seromucosa es el motivo más frecuente de ingreso hospitalario para tratamiento quirúrgico y la causa más común de hipoacusia (pérdida auditiva) en niños, siendo la causa más frecuente de enfermedad en el mundo desarrollado, ya que 1 de cada 8 niños menores de 10 años tiene infecciones óticas recidivantes y muchas de ellas son asintomáticas.
Las amígdalas también son otro motivo de consulta muy común en otorrinolaringología infantil. Son las estructuras que se encuentran en cada lado de la faringe y forman una primera barrera de defensa para posibles agentes infecciosos. Las patologías más frecuentes son la hipertrofia amigdalar y las infecciones de repetición (amigdalitis) o anginas.
También son comunes las hipoacusias (o pérdida de audición) en niños. Es algo más complejo de estudiar en niños, ya que no tienen la misma colaboración que la persona adulta.
La Otorrinolaringología Infantil se sirve de otras subespecialidades, para poder abordar cada patología, enfermedad o problema al detalle. Así, encontramos:
Es recomendable acudir al especialista en Otorrinolaringología Infantil cuando, entre otros motivos, el niño:
La otosclerosis es el crecimiento anormal del hueso en el oído medio, que suele provocar hipoacusia.
Los principales síntomas de la otosclerosis son:
Hipoacusia o pérdida de audición: es leve al principio y avanza lentamente, pero empeora con el tiempo.
Tinnitus o zumbidos en los oídos.
Vértigo y mareos.
Los síntomas de la otosclerosis se producen por el crecimiento anormal de un hueso esponjoso en el oído medio. Esto impide que los huesos del oído vibren ante las ondas sonoras y por tanto imposibilitan la audición.
La causa de la otosclerosis en sí es desconocida, aunque existen ciertas coincidencias de componente hereditario. Por tanto, los factores de riesgo de esta enfermedad son los antecedentes familiares.
No es posible prevenir la otosclerosis, así que su detección temprana es fundamental para tratarla cuando sea necesario y así evitar perder audición.
La otosclerosis avanza muy lentamente, así que es posible que al detectarla no sea necesario tratarla quirúrgicamente. Aun así, es muy importante llevar un seguimiento con el especialista otorrinolaringólogo para controlar el crecimiento del hueso y evitar la pérdida de audición.
La otosclerosis sin tratar irá a peor y afectará a la audición. Para tratar el problema se realiza una estapedectomía o estapedotomía, cirugías en las que los huesos del oído medio (estribo) son reemplazados total o parcialmente por prótesis.
La parálisis facial es una patología que provoca una parálisis motora parcial o total del nervio facial y, por lo tanto, de la musculatura facial. Los síntomas de esta enfermedad son la imposibilidad para realizar ciertos movimientos como sonreír, abrir y cerrar el ojo de forma total, levantar la ceja, etc.
Esta patología puede deberse a diversas afecciones o factores: tumores, traumatismos, infecciones agudas y crónicas del oído, trastornos congénitos (síndrome de Moebius) y, mayoritariamente, por causas desconocidas. En este último caso, se llama parálisis de Bell o parálisis facial periférica.
Normalmente, se administran corticoides para frenar el progresivo deterioro del nervio y masajes de los músculos faciales. En los casos más graves, también se practican tratamientos quirúrgicos específicos mediante técnicas tanto estáticas como dinámicas, para recuperar el movimiento y funcionalidad de los músculos. El tratamiento de la parálisis de Bell o parálisis facial periférica debe iniciarse de forma inmediata tras su aparición para lograr que la recuperación sea más rápida y efectiva, así como evitar que las secuelas de la parálisis facial.
En algunas ocasiones, la recuperación de la parálisis facial es incompleta porque el nervio está dañado y no es capaz de funcionar con normalidad. Puede aparecer complicaciones como el espasmo hemifacial (cuando algunos músculos están contraídos de forma permanente) o sincinesias (cuando, al realizar un movimiento voluntario, aparece otro no deseado). Por suerte, ambas complicaciones pueden mejorar con el tratamiento rehabilitador adecuado: ejercicios de reeducación neuromuscular facial o, en algunas ocasiones, infiltraciones con toxina botulínica.
Las glándulas paratiroides son glándulas endocrinas situadas en el cuello, del tamaño de un guisante. La mayoría de las personas tiene 4 glándulas paratiroides sobre la glándula tiroides; sin embargo, hay personas que tienen hasta 5 o más. La función de la glándula paratiroides es totalmente distinta a la de la tiroides. Producen la hormona paratiroidea (PTH), que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio entre el calcio y el fósforo. Los trastornos se dan cuando la glándula paratiroidea produce cantidades excesivas o escasas de hormona, alterando el equilibrio. Si hay demasiada PTH se produce hiperparatiroidismo, aumentando el nivel de calcio en sangre. En cambio, si no se produce suficiente PTH, el desequilibrio se denomina hipoparatiroidismo, teniendo la sangre muy poco calcio y excesivo fósforo.
La pérdida de equilibrio es la sensación del paciente de fuerte inestabilidad o mareo, que le hacen sentir que va a caerse o que tiene su entorno se mueve sin control.
Así, cuando el paciente está sentado, tendrá la sensación de estar moviéndose o flotando, mientras que cuando está de pie sentirá que se cae y una fuerte inestabilidad.
A menudo, la pérdida de equilibrio se confunde con los mareos y el vértigo, y es que en muchos casos se dan a la vez como sintomatología de una patología.
La pérdida de equilibrio es un problema grave, ya que afecta directamente a la calidad de vida del paciente. Aunque en la mayoría de casos no se trata de una urgencia sanitaria, la realidad es que conlleva muchas consecuencias para desarrollar la vida diaria, trabajar o caminar con normalidad. Así, puede llegar a a ser incapacitante y es causa de muchas ausencias laborales.
Los principales síntomas de la pérdida de equilibrio son la falta de estabilidad, el vértigo o sensación de movimiento o vueltas y los mareos. Además, pueden presentar presíncope: sensación de desmayo.
Estos síntomas aparecen tanto cuando el paciente está de pie como cuando se encuentra sentado o durmiendo, aunque la inestabilidad será mayor cuando está de pie.
Los problemas de equilibrio pueden darse por múltiples problemas y patologías, con lo cual, el proceso de diagnóstico puede ser algo extenso mientras se van descartando las posibles causas.
En primer lugar, el especialista médico recogerá la historia clínica del paciente y realizará un examen físico para obtener alguna información sobre la causa de la pérdida de equilibrio.
Algunas de las pruebas que se suelen realizar para hallar la causa de los trastornos de equilibrio son:
Los problemas de equilibrio pueden venir dados por distintas patologías, siendo las más frecuentes:
El tratamiento de estos problemas de estabilidad variará en función del grado de desequilibrio y su causa. Las principales medidas que se pueden tomar son las siguientes:
El especialista neurólogo es el encargado de tratar los problemas de mareos y pérdidas de equilibrio. Es posible que, en función de la causa de la inestabilidad, se requiera la colaboración de un especialista Otorrinolaringólogo u Oftalmólogo.
La nariz tiene dos cavidades separadas por un tabique. Está hecho de hueso y cartílago y es responsable de separar las cavidades nasales y canalizar el flujo de aire hacia la nariz. Un tabique perforado se produce cuando se hace un orificio en el tabique, el cual, dependiendo del tamaño del orificio, puede causar síntomas leves o extremos.
Algunas personas con un tabique nasal perforado no experimentarán ningún síntoma, sin embargo, las perforaciones más graves pueden conducir a síntomas más severos y debilitantes. Con el tratamiento adecuado, se puede fijar un tabique perforado.
La característica principal de un tabique nasal perforado es un orificio en el tabique que puede variar de tamaño (de menos de 1 cm a más de 2 cm). Algunas veces podrías no ser consciente de la existencia de un tabique nasal perforado, especialmente si no has experimentado ningún síntoma.
Los síntomas pueden incluir:
Si sospechas que puedes tener un síntoma de tabique nasal perforado, debes visitar a tu médico. Examinará la nariz y te abrirá un historial médico. Ciertas pruebas para examinar mejor la perforación son una endoscopia nasal o una rinoscopia.
Existen numerosas causas potenciales de un tabique nasal perforado:
Puedes reducir el riesgo de tener un tabique nasal perforado:
Primeramente, el tratamiento intentará tratar la causa subyacente. Existen varias medidas no quirúrgicas que también se utilizarán, incluyendo crema antibiótica, irrigación nasal con aerosol salino y el uso de un deshumidificador en el hogar.
El médico también puede recomendar una prótesis para bloquear el orificio en el tabique. Esto puede ayudar a reducir los síntomas. En algunos casos, se necesitará cirugía para reparar el orificio. Esto es bastante complejo y se realizará bajo anestesia general ya que se puede coger tejido de las orejas o costillas para llenar el orificio.
Un cirujano otorrinolaringólogo (ORL) trataría un tabique nasal perforado.
La perforación del tímpano es una rotura o agujero producido en la membrana que separa el oído medio del externo. Esta lesión puede causar infecciones por la entrada de bacterias al oído, llegando incluso a provocar una pérdida de audición.
Cuando un paciente tiene el tímpano roto, aparte de notar una disminución de la audición, que será más o menos severa dependiendo del tamaño y del lugar de la lesión, también puede sufrir otros síntomas:
El tímpano es una estructura que se puede romper por
Aunque en muchos casos no se pueden prevenir las causas de la perforación de tímpano, en otros se puede prevenir evitando introducir objetos en el conducto auditivo externo, aunque sea para limpiarlo. De este modo, también se recomienda no utilizar limpiarse los oídos con bastoncillos de algodón.
En general, la perforación del tímpano se cura por sí sola en semanas o meses y en la mayoría de los casos se recupera la audición totalmente. En caso contrario, el paciente necesitará practicarse un tipo de cirugía llamada timpanoplastia.
Los casos más leves suelen curarse simplemente siguiendo una serie de recomendaciones: evitando la entrada de agua en el oído, tomando antibióticos e, incluso, con la colocación de un parche sobre el tímpano por parte del médico.
Los pólipos nasales son formaciones semitransparentes que se originan en cualquier parte de la mucosa nasosinusal por un proceso inflamatorio de la mucosa. Son benignos, pero pueden llegar a obstruir las fosas nasales si van creciendo. Esta patología también se conoce como sinusitis polipoidea. Se pueden desarrollar en diferentes lugares dentro de la cavidad, pero normalmente suelen trasladarse hacia el interior, ocupando el techo y los laterales de las fosas nasales.
Los pólipos nasales se pueden desarrollar en diferentes grados, por lo que los síntomas pueden variar. Inicialmente se puede presentar una pérdida de olfato y gusto, lo que progresivamente puede convertirse en una obstrucción nasal parcial o completa. Esto puede ir acompañado de una sensación de mucosidad constante, que no se alivia aunque se suene la nariz.
Cuando son varios pólipos o son muy grandes, puede producirse rinorrea, ronquidos, sensación de presión en la frente o incluso dolor de cabeza.
Hay diferentes causas por las que se pueden desarrollas los pólipos. Entre ellas, los pólipos se pueden desarrollar por una causa infecciosa, genética, mecánica…
No obstante, la más verosímil sería la que hace referencia a una alteración de unas células sanguíneas, llamadas eosinófilos y mastocitos, que son capaces de producir unas sustancias que resultan tóxicas para la mucosa respiratoria, especialmente la mucosa nasal, y darían origen a los pólipos.Los pólipos se pueden desarrollar a cualquier edad, aunque son más comunes en jóvenes y adultos de mediana edad.
La prevención consiste en tratar bien las enfermedades como las alergias o el asma y seguir el tratamiento. Además es importante evitar las irritaciones nasales y practicar una buena higiene mediante lavados nasales. También puede ayudar utilizar humidificadores en el hogar para hidratar las fosas nasales. Si se trata de un problema de alergia, la toma de antihistamínicos, los aerosoles nasales y/o la vacunación antialérgica pueden ayudar a prevenir esta enfermedad
Se recomienda el tratamiento médico según el grado de poliposis. Esto puede consistir en corticoide tópico, corticoide por vía oral y/o antibióticos si existe sobreinfección. En el caso de que la respuesta al tratamiento sea negativa, se recomienda tratamiento quirúrgico, que consiste en la extirpación de los pólipos nasales y la apertura de los senos paranasales para dejar el mínimo de mucosa nasal patológica, por via endonasal exclusiva y bajo control endoscópico.
La radiofrecuencia es un procedimiento mínimamente invasivo que puede usarse para tratar venas varicosas. Se realiza con anestesia local y utiliza la aplicación de calor para dañar el tejido, lo que significa que se forma tejido cicatricial. Esto cierra la vena varicosa y la corta, y por tanto la destruye. Este tipo de tratamiento se puede utilizar en venas varicosas grandes.
Las venas varicosas pueden considerarse antiestéticas y muchos desean eliminarlas. Estas también pueden ser dolorosas y causar molestias. Existen varios tipos de procedimientos disponibles para el tratamiento de las venas varicosas y se prescribirán dependiendo del paciente y el tamaño de la vena. Como la radiofrecuencia es capaz de destruir venas más grandes, puede recomendarse a pacientes que tengan venas de tamaño considerable.
El procedimiento se realiza mientras el paciente está despierto, ya que se administra un anestésico local para adormecer la zona donde se aplicará el tratamiento. La radiofrecuencia (una corriente eléctrica) se pasa a través de un catéter inyectado en una vena, que calienta la pared de la vena y la daña. Esto hace que la vena se cierre.
La radiofrecuencia es generalmente un procedimiento exitoso y la vena se cierra en la mayoría de los pacientes. Una ventaja de la radiofrecuencia es que es menos dolorosa que la cirugía tradicional de vena varicosa, la cual elimina la propia vena.
Algunos efectos secundarios pueden incluir quemaduras en la piel, dolor después de la recuperación o coagulación en la vena. Sin embargo, estos riesgos son mínimos y generalmente mejoran con el tiempo.
Antes del tratamiento, se hará una historia clínica para ver si el paciente es adecuado y dónde se le realizará el procedimiento. También se les comentará la medicación a seguir y se les dirá a aquellos que tomen aspirina o anticoagulantes (como el ibuprofeno) como medicación a largo plazo que no la tomen varios días antes del procedimiento. Cuidado postoperatorio Después del procedimiento, el cirujano coloca un vendaje en el área que se ha tratado. Este vendaje se debe mantener por lo menos 24 horas. Después de estas 24 horas, el paciente debe usar medias de compresión durante al menos dos semanas. Se puede experimentar algo de dolor leve, que se puede aliviar con analgésicos.
Se realizará una ecografía de seguimiento alrededor de una semana después del procedimiento, para verificar que la vena esté cerrada y para ver si se ha desarrollado una trombosis venosa profunda. Esto ocurre raramente, pero es una posibilidad y es importante que el cirujano lo compruebe.
Se aconseja a los pacientes que no participen en actividades extenuantes durante unas semanas después, pero se recomienda una actividad ligera y el paciente podrá volver al trabajo poco después del procedimiento.
Los rellenos faciales son uno de los tratamientos más populares en medicina estética a día de hoy, ya que ofrecen buenos resultados sin la necesidad de someterse a una intervención quirúrgica. Estos resultados se consiguen de manera no invasiva, sin riesgos y sin efectos secundarios.
Estos rellenos se utilizan para eliminar las arrugas y los surcos más marcados en el rostro, reponer volúmenes o simplemente rejuvenecer y revitalizar la piel. Las infiltraciones son a base de ácido hialurónico, hilos de policaprolactona, ácido poliláctico, hidrociapatita cálcica y fosfato tricálcico, colágeno o grasa corporal.
Todos los rellenos se aplican con anestesia local, y pueden aplicarse de manera complementaria a otros tratamientos como la cirugía facial o la toxina botulínica.
Los rellenos faciales se utilizan para rejuvenecer y revitalizar la piel del rostro de una persona. Así, mediante distintos tipos de infiltraciones se consigue dar más naturalidad al rostro a la vez que se rejuvenece gracias a la capacidad para reponer volúmenes perdidos, resaltar mejillas o pómulos y acabar con las arrugas y surcos del rostro.
Con los rellenos se consigue reducir el descenso de los tejidos faciales, castigados con el paso de la edad y acabando con la sensación de que la piel de la cara cuelga y se cae, acabando con la sensación de flacidez y falta de firmeza en el rostro.
Existen diferentes técnicas de infiltración de materiales de relleno, y se emplean en función de la zona a tratar, como el tipo de arruga, su localización o su profundidad.
Antes de someterse a este tratamiento es necesario que el médico explique en qué consiste realmente este tratamiento y comprobar si se cumplen las expectativas del paciente.
Los riesgos de una infiltración son mínimos, y lo más preocupante que pude suceder son reacciones inflamatorias locales que pueden estar acompañadas de una irritación o presión, aunque su aparición será temporal.
La respiración bucal es aquella que realiza un niño que en lugar de respirar por la nariz (como sería lo adecuado) respira por la boca.
Esto supone un problema, puesto que cuando el aire entra por la nariz, se caliente y se limpia al pasar por los cornetes; por el contrario, cuando entra por la boca el aire ni se calienta ni se limpia.
Cuando un niño respira por la boca y no por la nariz se producen consecuencias serias sobre el crecimiento normal de la cara (repercusiones estéticas y funcionales) y sobre la salud general.
Suelen ser niños que duermen con la boca abierta y que roncan, que presentan amígdalas grandes; menos estatura de la que debería y un cuello más ancho, o tiene problemas con los estudios y los deportes.
La respiración bucal suele producirse por una obstrucción de las vías aéreas superiores, que puede estar causada por diferentes factores: inflamación de la mucosa nasal por alergia, desviación del tabique nasal, malformaciones, pólipos o un agrandamiento de las anginas o de las vegetaciones (que es lo más frecuente).
Un tratamiento temprano puede prevenir un gran número de patologías.
El tratamiento de la respiración bucal se basa en corregir hábitos (con la ayuda del logopeda) y en corregir las alteraciones otorrinolaringólogas.
Si los defectos en las arcadas dentarias ya se han establecido será necesario someterse a ortodoncia.
RINITIS
Tipo: Enfermedad
¿Qué es la rinitis?
La rinitis es una enfermedad de la mucosa nasal. Es una inflamación del revestimiento mucoso de la nariz.
La rinitis puede ser aguda, con una duración inferior a los seis meses; o crónica, que se mantiene durante más de seis meses de evolución.
¿Qué síntomas presenta?
Los principales síntomas que presenta son estornudos, picor de nariz (prurito nasal), picor de ojos, picor de garganta, falta de olfato y obstrucción, secreción y congestión nasal. Debido a la congestión nasal, el paciente no puede respirar libremente ni con facilidad.
Los síntomas se presentan sobre todo por las mañanas, lo que provoca un malestar general en las personas. Esto puede ser confundido con un resfriado simple pero, el resfriado, va acompañado de fiebre y no dura más de una o dos semanas.
Causas de la rinitis o por qué se produce
Las causas de la rinitis pueden ser varias. De hecho, según su causa la rinitis puede clasificarse en tres grandes grupos: rinitis alérgica, rinitis no alérgica y rinitis atrófica.
La rinitis alérgica está causa por algún componente que causa alergia a la persona afectada. Se clasifica en estacional o perenne. Dentro de la rinitis no alérgica se encuentran la rinitis infecciosa, causa por un virus o bacteria; la rinitis vasomotora, debida al uso de medicamentos vasoconstrictores nasales; rinitis medicamentosa, por el uso de determinados medicamentos; rinitis hormonal, como consecuencia del hipertiroidismo o embarazo, rinitis hipertrófica; rinitis física, causada por frío o humedad en el ambiente; y rinitis mecánica, donde la causa se debe a vegetaciones, tabique desviado, tumores o cuerpos extraños. Por último, la causa de la rinitis atrófica es la reducción de los cornetes inferiores. Estos cornetes sirven para humedecer, filtrar y sentir el paso del aire por la nariz. Si se reducen provocan una inflamación en la mucosa debido al paso del aire.
¿Se puede prevenir?
Para prevenir la rinitis es conocer las alergias que uno padece y así poder actuar. La rinitis estacional es la más sencilla de tratar y prevenir. La principal causa es la alergia al polen y para prevenirla es importante evitar salir de casa por las mañanas, que es cuando hay una mayor concentración de polen; mantener las ventanas cerradas y la causa aspirada; y utilizar humificador en el hogar para ayudar a purificar al aire.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento de la rinitis alérgica más utilizado es la administración de medicamentos antihistamínicos. La rinitis seca, a diferencia de la alérgica, produce sequedad nasal, lo que puede conllevar taponamiento, hemorragias, costras y tirantez en la nariz. Puede estar ocasionada por el uso de determinados fármacos, el abuso de inhaladores para la descongestión nasal, la contaminación, cambios de temperatura o ambientes secos. El tratamiento consiste en utilizar productos hidratantes para mantener húmeda la mucosa nasal.
La rinofibroscopia es un estudio multifunción que se realiza en la consulta del especialista en Otorrinolaringología y que permite visualizar la nariz, el cuello y la laringe. Se realiza con un instrumento de fibra óptica flexible con una fuente de luz fría, una cámara y un monitor. Esto permite una exploración fácil y directa de las cavidades del organismo que son difíciles de ver.
La rinofibroscopia se realiza mediante un tubo flexible de fibra óptica, que se introduce a través de la nariz. Tiene una duración de unos 3 minutos, aproximadamente, y se realiza en el consultorio. Se puede utilizar anestesia local o no emplear anestesia, según cada caso.
Se realiza para diagnosticar patologías o disfunciones en las vías respiratorias. El hecho de obtener imágenes y vídeo es muy útil para poder explicar al paciente la naturaleza de su patología y llevar a la vez un registro que permitirá evaluar la patología y su evolución en el tiempo, con los tratamientos aplicados.
Con este procedimiento pueden detectarse todas las patologías de la hipofaringe y laringe que alteren de alguna manera la forma, color o aspecto de las estructuras.
No se requiere ninguna preparación previa por parte del paciente. Únicamente se deben seguir las indicaciones del profesional y, en caso necesario, él indicará los procedimientos a seguir. Solamente en algunos casos será necesaria anestesia local en la fosa nasal por la que se introduce el fibroscopio (desviación del tabique nasal o alguna patología nasal).
Es una exploración un poco molesta, por el hecho de introducir un cuerpo extraño por la nariz y producir un pequeño roce en la mucosa nasal o de la faringe. De ahí que quizás sea necesaria un poco de anestesia, en casos muy específicos. Es extraño que la prueba produzca náuseas pero es algo que depende también de la sensibilidad del paciente. En tal caso, se empleará un poco de anestesia.
Es una técnica muy útil y rápida para detectar patologías o disfunciones en dichas estructuras. Cualquier resultado anormal será fácilmente detectado y tratado por el especialista. No obstante, el hecho de que el fibroscopio esté dotado de una pequeña cámara, permite diagnosticar de una manera muy precisa cualquier anomalía de las vías respiratorias.
¿Qué es la rinoplastia?
La rinoplastia es la operación de nariz destinada a corregir aspectos estéticos y funcionales en el tabique, la punta o la anchura. Se puede realizar bajo anestesia local o general, según el área a tratar.
¿Por qué se realiza la rinoplastia?
La rinoplastia sirve principalmente para resolver problemas estéticos de la nariz, como desviaciones, giba ósea (hueso que sobresale en el dorso de la nariz), malformaciones congénitas (paladar hendido, secuelas del labio), y otras adquiridas en la vida por enfermedades o traumatismos.
¿En qué consiste la rinoplastia?
Actualmente se realizan dos tipos de cirugía:
Preparación para la rinoplastia
En una primera consulta, el paciente le explica al especialista sus deseos y expectativas y éste investiga el problema que tiene mediante interrogatorio, exploración física y con la tomografía de nariz y senos paranasales. También realiza un análisis fotográfico y propone al paciente el plan quirúrgico. En el mismo día de la cirugía, el paciente debe llevar ocho horas en ayunas y llevar ropa cómoda sin joyas ni maquillaje. Tampoco puede tomar medicamentos como aspirina, analgésicos, vitamina E, entre otros.
Cuidados tras la intervención
El paciente puede ser dado de alta entre tres y seis horas después de la intervención. Durante los primeros días, hay que mantener reposo, en posición semisentado y tomando líquidos en abundancia. Una vez se retira el taponamiento (entre tres horas y cinco días), se recomienda aplicar suero fisiológico periódicamente para mantener una mejor higiene. El dolor se calma con analgésicos. El postoperatorio no suele ser doloroso, simplemente puede haber molestias al tener la nariz obstruida durante los primeros días.
¿Qué es la rinoplastia funcional?
La rinoplastia funcional, también llamada septoplastia, es la operación de nariz destinada a corregir aspectos funcionales en el tabique, la punta o la anchura. Se puede realizar bajo anestesia local o general, según el área a tratar.
¿Por qué se realiza la rinoplastia funcional?
Lógicamente, el motivo por el que se realiza la rinoplastia funcional es un problema funcional de la nariz, principalmente un tabique nasal torcido, inclinado o deformado que dificulta la respiración a través de la nariz. Otro motivo puede ser un sangrado nasal que no se puede controlar si no se trata mediante cirugía.
¿En qué consiste la rinoplastia funcional?
El cirujano hace una incisión por un lado de la nariz, dentro de la pared. A continuación, levanta la membrana mucosa que cubre la pared y mueve, reacomoda o extrae el hueso o cartílago que esté provocando problemas en esa zona. Finalmente, pone de nuevo la mucosa en su lugar y la sostiene mediante compresas, puntos de sutura o férulas.
Preparación para la rinoplastia funcional
Antes de la intervención, el paciente se reúne con el especialista para informarle sobre su historia clínica y sobre los medicamentos que está tomando, hierbas o fármacos sin receta. Puede que haya que dejar de tomar cualquier fármaco que dificulte la coagulación de la sangre. El paciente tampoco puede haber comido ni bebido nada desde la medianoche de la noche anterior a la cirugía.
Cuidados tras la intervención
El paciente puede volver a casa el mismo día de la intervención. El médico puede tapar ambos lados de la nariz con algodón o materiales esponjosos para prevenir hemorragias nasales. Normalmente, estos tapones se retiran al cabo de un día o un día y medio. Al principio puede aparecer hinchazón y drenaje durante algunos días.
La rinoplastia secundaria o de revisión es un tipo cirugía nasal que se realiza sobre una nariz operada previamente.
Puede darse la posibilidad que en la rinoplastia secundaria se realice un aumento con injertos.
Se suele realizar debido a algún problema con la técnica primaria o la propia cicatrización, si se siguen percibiendo problemas estéticos o funcionales que desagradan al paciente.
Generalmente se realiza esta cirugía sobre las deformidades que hayan podido quedar en el tabique o en la forma externa de la pirámide nasal, aunque también existe un número elevado de pacientes que se someten a esta cirugía debido a un exceso de resección de los cartílagos. No es infrecuente que un paciente que se haya operado la nariz perciba que respira peor que previo a la cirugía. En otras ocasiones ya respiraba mal y nota que el problema no ha mejorado.
La rinoplastia secundaria siempre es una cirugía compleja, ya que se están operando unos tejidos que ya han actuado los procesos inflamatorios y de consolidación, por lo que el despegamiento de los mismos es laborioso y precisa de una técnica quirúrgica más depurada.
Cuando la cirugía se requiere debido a un exceso de resección de los cartílagos el especialista necesita obtener material para injertar de fuera de la nariz. Es posible que haya quedado cartílago residual en el tabique nasal y si no es así lo obtendrán del pabellón auricular o de la costilla.
Normalmente antes de los 6 meses de la cirugía primaria no se realiza una rinoplastia secundaria.
Por la propia complejidad y la necesidad en ocasiones de obtener cartílago de fuera de la nariz la cirugía puede prolongarse hasta las 3 o 4 horas, dependiendo del caso y de las cirugías previas.
Por lo general, hay que estudiar minuciosamente la estructura de soporte interno de la nariz, las fosas nasales y la apariencia externa.
Normalmente es el propio paciente el que puntualiza qué es lo que no le gusta o lo que percibe como mejorable.
En los primeros días tras la operación se aconseja no fumar, tener especial cuidado al ponerse las gafas y no usar lentillas hasta que lo indique el médico, no ingerir alcohol, evitar actividades que requieran contacto o esfuerzo físico e intentar hablar y gesticular lo menos posible.
La recuperación es parecida a la cirugía primaria, a excepción de las heridas producidas para la obtención de cartílagos externos a la nariz. Por ello, en la mayoría de los casos el paciente, al contrario que en la cirugía primaria, queda ingresado en el Hospital durante la primera noche. Además, los procesos de cicatrización son más lentos y generalmente no se ve el resultado hasta pasados unos meses.
La rinoplastia secundaria es una cirugía que se realiza tras una operación de nariz y la única alternativa es no realizarla.
La roncopatía y la apnea obstructiva del sueño son trastornos caracterizados por la oclusión temporal de la vía respiratoria superior, a nivel de la faringe, durante las horas de descanso. Como consecuencia, se produce un sonido a modo de ronquido, provocando problemas de sueño, cansancio y respiración, además de otros derivados.
La manifestación más conocida de este problema es el ronquido, pero en casos más graves la respiración puede detenerse (apnea) durante más de 10 segundos, por lo que se producen episodios de interrupciones de sueño durante toda la noche. Estos episodios provocan un déficit de oxígeno en el cerebro, lo que aumenta el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, diabetes o infartos cerebrales. La persona afectada también puede padecer somnolencia, cansancio generalizado o depresión, y ver mermada su concentración y su rendimiento profesional y personal.
Las causas más comunes de la roncopatía y la apnea son la obesidad, obstrucciones nasales (pólipos, desviación de tabique), un paladar blando demasiado grande y el hipotiroidismo, entre otras. El denominador común en todas las situaciones es el hecho que haya un estrechamiento permanente o funcional, que puede tener su origen en diversos niveles de la vía aérea superior, produciendo una vibración intensa sobre las paredes de la faringe, que lo transforma en el sonido que percibimos como ronquido.
Es difícil prevenir el ronquido pero sí pueden tomarse medidas para mejorarlo. Así:
El tratamiento se puede basar en adelgazar, modificar hábitos de vida, abandonar el tabaco y el alcohol… También usar una mascarilla nasal que suministra aire a presión controlada por un aparato mecánico (CPAP), y la cirugía.
En concreto, la cirugía puede ser útil en anomalías anatómicas, tales como desviación de tabique nasal o engrosamiento de la úvula y paladar blando. Desde hace años existen técnicas quirúrgicas no invasivas que se realizan bajo anestesia local, con recuperación postoperatoria rápida. Asimismo, los dispositivos de avance mandibular son una alternativa no invasiva. Son una especie de “fundas dentales” que se emplean mientras el paciente duerme, adelantando la mandíbula respecto al maxilar superior, ensanchando con ello la zona retrolingual. Así, hacen desaparecer el ronquido y las apneas, siendo fáciles de utilizar y con un fácil proceso de adaptación.
La ronquera es la patología que hace referencia a la dificultad al tratar de hablar. Los sonidos vocales pueden ser débiles, velados, chillones o roncos y el tono o la calidad de la voz pueden cambiar. Se trata de una enfermedad que casi siempre es causada por un problema en las cuerdas vocales, que son parte de la laringe y están ubicadas en la garganta. Cuando estas padecen una infección se hinchan, lo que puede causar ronquera.
Existen dos tipos de ronquera; la aguda, que es a corto plazo y es causada por patologías como un resfriado y la crónica, que es prolongada y su causa más común suele ser un cáncer de laringe.
La ronquera aguda no es una enfermedad grave, puesto que su duración es de aproximadamente dos semanas y los síntomas desaparecen por completo. En cambio, la ronquera crónica sí puede tratarse de una patología grave, ya que una de sus causas puede ser el cáncer de laringe.
Dependiendo cada caso en particular el pronóstico de la enfermedad puede variar. El especialista decidirá realizar unas pruebas diagnósticas u otras y, posteriormente, procederá al tratamiento más efectivo en cada paciente.
Los síntomas más comunes de la ronquera son la dificultad para respirar o tragar y el babeo excesivo, sobre todo en niños. Por otra parte, puede ser que un paciente con ronquera también esté ronco, su voz suene áspera, entrecortada o forzada y su tono y volumen sean más bajos. Del mismo modo, puede sentir la garganta rasposa.
El especialista puede realizar algunas pruebas médicas para diagnosticar la ronquera como una laringoscopia, un cultivo de garganta, un examen que incluye la utilización de un espejo pequeño para revisar la garganta, una tomografía computarizada o una radiografía del cuello, además de exámenes de sangre como un hemograma, un conteo sanguíneo completo o una fórmula leucocitaria.
La causa más común es la inflamación o infección de las cuerdas vocales debido a un resfriado o una infección sinusal, que a menudo desaparece al cabo de unas dos semanas. Otra de las causas más graves es el cáncer de laringe, que puede dificultar el habla y su periodo de duración es mucho más prolongado que en el caso de un resfriado.
Otras de las causas más comunes pueden ser:
Otras causas que también pueden provocar ronquera y son menos comunes:
Para evitar parecer ronquera algunas de las medidas que pueden llevarse a cabo son, por ejemplo, beber mucho líquido para ayudar a mantener la humedad en las vías respiratorias, usar un vaporizador para aumentar la humedad en el aire, evitar acciones que fatiguen las cuerdas vocales como susurrar, gritar, llorar o cantar, tomar medicamentos para reducir el ácido estomacal y evitar aquellos que resecan las cuerdas vocales y rebajar o suspender el consumo de tabaco, entre otras.
Si el paciente tiene dificultad para respirar o tragar, sufre babeo o su ronquera ha durado más de tres semanas es preciso que acuda al especialista para que le realice un diagnóstico y pueda elaborar el tratamiento más adecuado en cada caso.
Como se ha comentado anteriormente la ronquera puede tener múltiples causas, y es por este motivo que el tratamiento dependerá en cada caso ya que puede ser que el especialista decida tratar sus causas en particular.
La administración de fármacos siempre será según la consideración del especialista que realice el diagnóstico y tratamiento de un paciente con ronquera. Puede ser que este decida suministrar al afectado algún medicamento para tratar las causas, en el caso de que se trate de un resfriado, por ejemplo.
El especialista que realizará el diagnóstico y posterior tratamiento de un paciente que sufre ronquera es el experto en Otorrinolaringología, un cirujano que estudia los trastornos del oído, la nariz y la garganta.
Una segunda opinión médica sucede cuando realizas una consulta a un médico que no es tu médico de cabecera habitual sobre un posible diagnóstico y/o plan de tratamiento. No existe el derecho legal a una segunda opinión, aunque es raro que un médico se niegue.
Los pacientes pueden optar por una segunda opinión médica si se enfrentan a un nuevo diagnóstico o a un tratamiento recomendado porque a veces esto puede causar confusión y una segunda opinión puede tranquilizarlos.
Además, hay ciertas situaciones en las que se suele buscar una segunda opinión médica:
Los objetivos para obtener una segunda opinión médica son:
Las posibles desventajas de buscar una segunda opinión médica son:
Puedes solicitar una segunda opinión médica de tu médico de cabecera o especialista, pero antes de hacerlo es recomendable que solicites tanto la aclaración como la explicación sobre el diagnóstico inicial y el tratamiento, antes de buscar una segunda opinión. Obtener una segunda opinión médica no significa que el segundo médico vaya a tomar el control, si eso es lo que el paciente decide, entonces esto deberá acordarse formalmente entre los médicos y los hospitales.
La septoplastia es una intervención quirúrgica cuyo objetivo es el enderezamiento del tabique nasal y la eliminación de sus desviaciones, que pueden tener orígenes congénitos o traumáticos. Estas desviaciones pueden causar una obstrucción que dificulta la respiración. Durante la operación puede ser necesario reducir el número de cornetes si son hipertróficos; además, a veces la operación puede llamarse septorrinoplastia si va acompañada de una modificación estética de la nariz.
El otorrinolaringólogo puede proponer la cirugía si la respiración se ve afectada debido a la desviación del tabique nasal.
Si el tabique está muy desviado, puede ser necesario extirparlo completamente, enderezarlo y luego reinsertarlo. En otros casos, sin embargo, la intervención puede realizarse por vía endonasal, o desde dentro de las fosas nasales.
Durante la operación, se extraen porciones de cartílago y a veces pequeños trozos de hueso que provocan la desviación.
En primer lugar, el médico realiza un examen cognitivo clínico para poder conocer la historia clínica del paciente. También se debe realizar un reconocimiento físico para conocer el estado de salud del paciente y la forma exacta de la nariz. Se debe evitar fumar y tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos durante dos semanas antes y después de la cirugía.
Al final de la operación, será necesario colocar dos apósitos con una semana de diferencia entre sí para controlar el proceso de cicatrización y eliminar las posibles adherencias. La aplicación de ácido hialurónico puede ayudar durante la cicatrización y reconstrucción del tejido. Alrededor de una semana después de la cirugía, los huesos y el cartílago deben completar el proceso de curación; para que la nariz se desinfle y la mucosa sane, sin embargo, habrá que esperar alrededor de dos semanas desde la operación.
En los casos en que la desviación es pequeña, una alternativa a la cirugía son los láseres de contacto. En este caso, la desviación se rectifica mediante septoplastia asistida por láser. Este método permite que la desviación se resuelva sin dolor durante o después de la operación, produce menos sangrado y cicatriza más fácilmente.
La septorrinoplastia es un tipo de rinoplastia que se ocupa de la remodelación del tabique nasal con fines terapéuticos y estéticos. Su finalidad es corregir desviaciones y malformaciones del tabique nasal para mejorar su funcionamiento y facilitar la respiración, pero también puede corregir algunas imperfecciones de la nariz. Esta doble función es la que la diferencia de la rinoplastia simple (que solo trata de mejorar la estética de la nariz) y de la septoplastia (que corrige el tabique nasal solo con fines médicos). Los mejores resultados se obtienen si la remodelación a realizar es leve.
En cuanto a las indicaciones terapéuticas para la septorrinoplastia, estas están relacionadas con trastornos causados por la desviación del tabique nasal. Algunos ejemplos son:
Antes de la cirugía, el paciente se somete a anestesia local o general.
En cuanto a la septoplastia, el cirujano realiza una incisión en la nariz a la altura del tabique. Si la remodelación necesaria es simple, el médico puede recolocar el tabique sin quitarlo primero. De lo contrario, tendrá que quitarlo, enderezarlo y solo entonces recolocarlo dentro de la nariz. Luego, el cirujano aplica puntos de sutura en la nariz.
En cuanto a la rinoplastia, se puede realizar de forma cerrada (a través de un corte dentro de la nariz) o abierta (a través de un corte externo en la base de la nariz). Al final de la operación, se coloca un pequeño yeso en la nariz, que luego se retira menos de una semana después.
Antes de que la operación es necesario:
La operación implica un día de estancia en el hospital, pero la recuperación completa puede tomar varios meses (de 3 meses a un año en algunos casos). Es frecuente experimentar dolor en la nariz y sufrir pérdidas de sangre por la nariz en la semana siguiente a la operación.
Es importante seguir sin fumar y evitar los anticoagulantes y los antiagregantes durante aproximadamente dos semanas después de la operación, así como abstenerse de realizar actividades físicas pesadas, mantener la cabeza elevada mientras se duerme y no sonarse la nariz durante un tiempo.
Aproximadamente una semana después de la septorrinoplastia, se puede reanudar el trabajo, pero aún será necesario someterse a controles médicos periódicos.
El Síndrome de Eagle o síndrome de la arteria carótida o del estiloide es un trastorno de los ligamentos que unen el cráneo con el hueso hioides del cuello. Se trata de una patología poco frecuente que implica la Otorrinolaringología.
Los pacientes afectados por el Síndrome de Eagle presentan una variable de sensaciones dolorosas en la garganta, que definen como pinchazos intensos de recorrido y localización variados. También pueden presentar dolor de oído, sensación de 'tapado', excesiva producción de saliva, dificultad para tragar o hablar, limitación de los movimientos del cuello, ruido a nivel de la articulación temporomandibular, sensación de un cuerpo extraño en la parte posterior de la boca que obliga a tragar con frecuencia, vértigo o incluso pérdida pasajera del conocimiento.
Existe un hueso a la altura del oído llamado apófisis estiloide. Se ubica a 5 cm de profundidad y conecta el cráneo con el cuello mediante el ligamento estilo-hiodeo, el cual, al calcificarse provoca el Síndrome de Eagle. La calcificación o fibrosis del ligamento suele darse en personas adultas de mediana edad, aunque también puede afectar a jóvenes, presentando una mayor incidencia en mujeres que en hombres.
No es posible prevenir la calcificación de un ligamento, por lo que la prevención de esta enfermedad es muy difícil. Ante síntomas que se asemejen a los descritos, el otorrinolaringólogo deberá realizar radiografías específicas y un TAC.
El tratamiento para el Síndrome de Eagle variará en función de los síntomas. En casos leves y medios se llevará a cabo un tratamiento farmacológico, e incluso inyecciones de corticosteroides. En casos más severos puede realizarse la reducción del proceso estiloide.
SINUSITIS
Tipo: Enfermedad
¿Qué es la sinusitis?
La sinusitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los senos paranasales, unas cavidades que están situadas detrás de la frente, las mejillas y los ojos. Se produce como resultado de una infección por virus, hongos o bacterias.
Hay dos tipos de sinusitis:
¿Qué síntomas presenta?
Los principales síntomas de la sinusitis son:
Causas de la sinusitis o por qué se produce
La causa de la sinusitis es una infección causada por virus, hongos o bacterias. Cuando las aberturas paranasales se bloquean, pueden crecer fácilmente bacterias u otros microorganismos. La obstrucción de las aberturas paranasales puede deberse a:
¿Se puede prevenir?
La mejor manera de prevenir la sinusitis es evitar la gripe y los resfriados. En caso de no poder evitarlos, es importante tratarlos rápidamente. Algunos consejos para prevenir la sinusitis son:
¿En qué consiste el tratamiento?
Por lo general, la sinusitis se cura por sí sola aunque también se pueden administrar antibióticos para reducir el tiempo de desaparición de la infección.
La sinusitis aguda se debe tratar durante 10 0 14 días, mientras que la sinusitis crónica se tratar durante un período de entre 3 y 4 semanas.
Si los síntomas no desaparecen con el tratamiento, puede llegar a ser necesario realizar una cirugía para agrandar la abertura y drenar los senos paranasales. La mayoría de las infecciones de los senos paranasales causadas por hongos necesitan cirugía.
SORDERA
La sordera, conocida también como pérdida de audición, es dificultad para oír o la imposibilidad total de usar este sentido. Si la pérdida es parcial se llama hipoacusia, mientras que si es total cofosis.
La pérdida de audición se puede presentar de forma gradual, comenzando a tener dificultad para oír o entender lo que dicen otras personas cuando se está en un lugar ruidoso. Si hay una infección, también pueden aparecer otros síntomas como por ejemplo el dolor de oído.
Las causas de la sordera pueden ser congénitas o adquiridas. Respecto a las causas congénitas permiten determinar la sordera en el momento del nacimiento. Pueden ser hereditarias o no hereditarias y que se deban a complicaciones durante el embarazo o el parto.
En cuanto a las causas adquiridas, éstas pueden producirse a cualquier edad debido a:
La prevención puede evitar la mitad de los casos de pérdida de audición. Algunas acciones que permiten prevenir la sordera son:
El tratamiento consiste en utilizar audífonos, implantes cocleares u otros dispositivos de ayuda auditiva.
Los tapones de cera son la acumulación de cerumen en el oído, que suele provocar pérdida de audición. En el conducto auditivo externo existen una serie de glándulas y folículos que crean el cerumen o cera, un aceite ceroso que se implanta hasta el oído externo, donde se elimina mediante el lavado de los oídos. Pero a menudo este cerumen no se elimina correctamente y forma tapones en el conducto auditivo, que son la causa más común de pérdida de audición.
Estas son algunas señales para saber si tienes tapones de cerumen en los oídos:
El cerumen existe con la función de proteger el oído de bacterias, polvo, agua y agentes externos en general. Pero algunas personas producen más cerumen en sus oídos del que se elimina, de modo que la cera se acumula y se endurece en el conducto auditivo. También durante el lavado de oídos puede estarse empujando el cerumen hacia la profundidad del oído y taponarlo.
La correcta higiene de los oídos es fundamental para evitar la acumulación de cera que causa los tapones. Si bien es cierto que en algunas personas la producción de cera es mayor, más necesaria será una rutina de limpieza de los oídos para eliminar el exceso de cera.
En algunos casos los tapones pueden desaparecer ablandando la cera, para lo que se suele utilizar agua o aceite para bebés. En la mayoría de casos, el tapón de cera requerirá un lavado profesional con una jeringa que ataque la cera mediante agua a presión. Se recomienda dejar este tratamiento en manos de especialista otorrinolaringólogo para evitar daños en el tímpano. El otorrinolaringólogo también podrá actuar sobre el tapón de cerumen mediante otros métodos, como succionar el conducto auditivo o utilizado una cureta.
La timpanometría es una prueba para evaluar el funcionamiento del oído medio y de la membrana timpánica.
El examen consiste en insertar un dispositivo en el oído externo, llamado timpanómetro, hasta conseguir un sellado hermético. Entonces, el especialista provoca un cambio de presión del aire en interior de la cavidad auricular, para comprobar la movilidad del tímpano y para observar cómo reacciona el oído al sonido y a los cambios de presión. Los resultados se representan en una gráfica llamada timpanograma.
Esta técnica se utiliza para detectar alteraciones en el oído medio, como la perforación timpánica, la otitis infecciosa, tumores, enfermedades de los huesos de conducción del oído medio o alteraciones congénitas, entre otras.
No es necesaria ninguna preparación especial para la timpanometría por parte del paciente. Justo antes del examen, el especialista Otorrinolaringólogo obervará el interior del oído para asegurarse de que no hay nada que bloquee el tímpano.
Es importante que durante el examen el paciente evite hablar, tragar o moverse, ya que puede afectar a la presión del tímpano y alterar los resultados de la prueba.
Durante la prueba, el paciente puede escuchar sonidos muy altos y puede notar molestias por culpa de la sonda, pero no resulta una prueba dolorosa.
Si el timpanograma registra unos comportamientos anormales del oído ante las distintas presiones, puede significar que éste se encuentre afectado por un tumor, un tapón de cerumen, líquido, una perforación del tímpano, algo que obstruya el tímpano, la cicatrización de la membrana timpánica o un problema de contacto en los huesos del oído medio.
La timpanoplastia es el tratamiento quirúrgico que se ocupa de tratar los problemas y las enfermedades del oído medio. Principalmente, la intervención consiste en la reparación de la membrana del tímpano para cerrar así su perforación.
El tímpano es una parte fundamental en el proceso auditivo. Como tal, el tímpano es una membrana que se encuentra en el oído medio, separándola del oído externo. Gracias a su vibración, el tímpano puede transformar las ondas sonoras que llegan al cerebro a través del oído externo.
El objetivo de la timpanoplastia es reconstruir la membrana del tímpano y su mecanismo de transmisión, así como lograr una buena posición, estabilidad y movilidad para el tímpano. La timpanoplastia se realiza normalmente bajo anestesia general y su duración oscila entre dos y tres horas.
La timpanoplasita se lleva a cabo cuando existe daño o una perforación en el tímpano de una persona, un hecho que reduce la capacidad auditiva de quien lo padece, además de hacerle más propenso a sufrir infecciones de oído.
Existen diversas causas por las que se puede dañar el tímpano:
Normalmente, el especialista esperará al menos seis semanas para recomendar la cirugía una vez que se ha identificado la perforación o el daño en el tímpano. La timpanoplastia se puede realizar en los siguientes casos:
Estos problemas pueden afectar a los huesos pequeños que se sitúan tras el tímpano. En el caso de que suceda, se puede llevar a cabo una osiculoplastia.
La timpanoplastia se lleva a cabo con anestesia general tanto en adultos como en niños, aunque en algunos casos puntuales se utiliza anestesia local con medicación para dormir. Una vez dormido el paciente se inicia el proceso de la timpanoplastia, que normalmente tiene una duración que oscila entre las dos y las tres horas.
Existen diversas formas de abordar la timpanoplastia, aunque la mayoría de intervenciones se realizan con una incisión en la parte trasera de la oreja.
Siempre que sea posible, de cara a la reconstrucción del tímpano se utilizarán injertos, siendo la fascia temporal el tejido predilecto por los especialistas.
Una vez identificado y diagnosticado el problema existente en el tímpano, el especialista esperará al menos seis semanas para recomendar o no la realización de la reparación del tímpano. Una vez que se ha decidido hacer la cirugía, el paciente debe comentar con el especialista y su equipo en una entrevista su historia clínica, a qué medicamentos o productos es alérgico, y qué fármacos se están tomando.
A su vez, deben seguirse las siguientes pautas:
Una vez realizada la cirugía, el paciente estará ingresado en el hospital, el periodo de estancia hospitalaria varía en función de cada caso, aunque es habitual que pueda volver a casa en unas horas.
El paciente puede sentir molestias en el oído, tal y como mareos, sensación de adormecimiento en la cara o incluso hemorragias en la zona tratada.
Para proteger el oído tras la cirugía, al paciente se le colocarán tapones en el oído durante los primeros cinco a siete días. En algunas ocasiones, se utiliza un apósito que cubra por completo el oído.
Tras la intervención, el paciente debe seguir las siguientes recomendaciones con firmeza:
En el caso de que el oído realice alguna secreción, deben limpiarse suavemente. Es posible que en la primera semana se le recomienden gotas. Poco después de la cirugía, se pueden notar dolores punzantes o chasquidos en el oído, aunque el paciente no debe preocuparse, ya que es totalmente normal. También es importante evitar los refriados, por lo que se recomienda evitar lugares con mucha gente.
Hoy en día, la única alternativa a la timpanoplastia es evitar la intervención, realizando un seguimiento exhaustivo del estado del oído.
Si la perforación en el oído es seca y ésta no supura, puede adoptarse una actitud de espera, aunque es cierto que el oído perforado tiene más posibilidades de padecer infecciones y de pérdida de capacidad auditiva, por lo que se recomienda la operación.
En el caso de que exista supuración crónica, el riesgo de pérdida auditiva y de otras complicaciones menos frecuentes como la mastoiditis, la parálisis facial o la meningitis hacen que la intervención sea necesaria. Por otro lado, en el caso de que exista una pérdida de audición pero con el tímpano en buen estado e íntegro, la alternativa será utilizar y adaptar una prótesis auditiva.
La tiroplastia es un procedimiento quirúrgico que se realiza para la parálisis de las cuerdas vocales. Se utiliza para mejorar la voz del paciente y su capacidad para toser. El procedimiento altera el cartílago tiroideo de la laringe (la caja de la voz) que alberga las cuerdas vocales, con el fin de cambiar la longitud o posición de las cuerdas.
Las cuerdas vocales se encuentran en la entrada de la tráquea. Normalmente, las cuerdas vocales están en posición abierta cuando están en reposo para permitir la respiración. Al hablar, las cuerdas vocales se cierran y vibran. Cuando las cuerdas vocales están paralizadas hay una debilidad en al menos una de las cuerdas que causa ronquera e incluso asfixia leve.
El tratamiento depende de la causa. La terapia del habla es el tratamiento principal, pero si esto no ayuda, entonces las inyecciones de pliegues vocales, como grasa o colágeno, pueden agregar algo de volumen a las cuerdas vocales. Si la cuerda vocal está completamente paralizada, entonces se realiza el procedimiento quirúrgico de tiroplastia.
El breve procedimiento se realiza con anestesia local y sedación intravenosa, para que el cirujano pueda comprobar la voz del paciente durante todo el proceso. Se hace un pequeño orificio en el área del cuello de la laringe y se extrae el cartílago tiroideo para proporcionar acceso a las cuerdas vocales. Se coloca un implante cerca de las cuerdas vocales, lo cual empuja las cuerdas vocales más cerca de la sección media. Una vez en su lugar, se inserta un endoscopio de fibra óptica, que permite al cirujano ver la laringe y comprobar que el implante está en la posición correcta. Luego, se le puede pedir al paciente que hable durante la laringoscopia para permitirle al cirujano comprobar el movimiento de las cuerdas vocales.
El procedimiento es generalmente seguro, pero, como con todas las operaciones, aún pueden surgir complicaciones. Esto incluye:
Para más información, consulte con un experto en Otorrinolaringología.
La toxina botulínica, más comúnmente conocida como bótox, es una neurotoxina que, pese a ser liberada por el botulismo (una enfermedad que surge de una bacteria que provoca parálisis muscular), es también un fármaco que se usa con fines médicos para tratar algunas enfermedades neurológicas y también en la Medicina Estética.
También tiene otras aplicaciones médicas como la corrección del exceso de sudoración o el tratamiento de tics y espasmos musculares.
Su uso más común es la inyección en cantidades minúsculas en puntos estratégicos de la cara para tratar y minimizar los surcos y arrugas de expresión.
La toxina botulínica actúa disminuyendo la contracción de los músculos faciales temporalmente, dejando la piel tersa y tonificada, corrigiendo las arrugas y previniendo su progresión. Las inyecciones de toxina botulínica debilitan y paralizan determinados músculos, bloqueando algunos nervios.
Los efectos de la inyección no son inmediatos, se empiezan a revelar una vez transcurridos tres o cuatro días, dependiendo de cada paciente. Los resultados son altamente satisfactorios. Además, según el paciente el efecto de la toxina botulínica puede durar entre cuatro y ocho meses; por lo que para mantenerlo se deberán realizar tratamientos de recordatorio.
Las pacientes embarazadas o en período de lactancia no pueden someterse a un tratamiento de toxina botulínica.
Para que la toxina botulínica penetre correctamente en los tejidos, es importante llevar a cabo determinadas precauciones durante los días previos al tratamiento. El paciente no puede tomar ningún medicamento ni suplemento nutricional que afecte a la coagulación, como la vitamina E o el ajo. Tampoco es recomendable el uso de antiagregantes o la ingesta de alcohol.
Este tratamiento puede conllevar determinados efectos secundarios que incluyen:
Además, las inyecciones en la cara pueden provocar una caída temporal de los párpados de la cara.
La traqueotomía es una de las intervenciones más antiguas, y consiste en abrir la tráquea a través de una abertura en el cuello. Normalmente se coloca un tubo (cánula de traqueotomía o tubo traqueal) en ella para que el paciente pueda respirar y se retiren las secreciones de los pulmones.
Suele hacerse por obstrucción a nivel de la orofaringe, laringe o parte alta de la tráquea. Otros casos en los que se realiza son:
Según la causa, diferenciamos entre la traqueotomía de emergencia, la de urgencia y la traqueotomía de elección o reglada. Además, puede ser temporal o permanente.
La traqueotomía consiste en abrir un orificio dentro de la tráquea para evitar la asfixia. Para ello, se realiza una incisión de unos 1,5 cm en el cuello, por delante de la tráquea; a continuación, se realiza una punción y una dilatación de la tráquea hasta que se puede introducir el tubo.
Esta técnica puede comportar algunos riesgos (además de los que implican la cirugía y la anestesia) como daño en la tiroides, erosión de la tráquea, punción del pulmón y tejido cicatricial en la tráquea que provoca dolor o dificultad para respirar.
Normalmente se realiza bajo anestesia, salvo que sea una traqueotomía de emergencia, pues no suele haber margen para ello. En la técnica de urgencia suele aplicarse un anestésico en la zona para que el paciente no sufra dolor, mientras que en la traqueotomía de elección se recurre a la anestesia general.
Una persona con traqueotomía deberá tener cuidado con la higiene de la zona, y prepararse para saber reaccionar frente a una obstrucción parcial o total de la cánula. Además, debe evitarse exponerse a aerosoles o partículas en suspensión aérea para evitar que entren en la vía respiratoria.
Si la traqueotomía es temporal la cánula será retirada, mientras que si es permanente el orificio permanecerá abierto.
Los trastornos del lenguaje son alteraciones que dificultan la comunicación oral, tanto para hablar como para entender lo que otras personas dicen. Los trastornos pueden ser de tres tipos:
En el lenguaje receptivo, los síntomas principales son tener problemas para comprender lo que los demás dice, para seguir instrucciones sencillas y para organizar la información que uno oye. Estos síntomas son difíciles de detectar a temprana edad.
En el caso del lenguaje expresivo, los síntomas pueden identificarse más fácilmente a temprana edad. No empezar a hablar hasta los dos años, empezar con tres años pero siendo difícil lo que dice, o tener dificultades para explicar algo pueden ser síntomas de trastornos del lenguaje expresivo.
No hay una causa bien definida de los trastornos del lenguaje, aunque se estima que las principales pueden ser:
Es importante llevar una buena nutrición durante el embarazo y la primera etapa de la infancia, especialmente tomando ácido fólico (un tipo de vitamina B), para prevenir estos trastornos. También se recomienda no utilizar jergas o estereotipos ni tener actitudes inadecuadas ante la dificultad de expresarse de un niño, ya que puede derivar a otros problemas como el tartamudeo.
Es importante tratar los trastornos del lenguaje lo antes posible. Las principales técnicas que se emplean son:
Los traumatismos o golpes en la nariz pueden causar varias lesiones, que pueden incluir una herida en la piel o lesiones internas de distinta gravedad.
Estos traumatismos, en función de la gravedad o la zona afectada, se pueden diferenciar principalmente entre lesiones cartilaginosas o fracturas de los huesos de la nariz.
Cabe destacar que la pirámide nasal es la parte más prominente de la cara. Este factor determina que, ante un traumatismo facial, la nariz suele verse afectada.
En muchos casos, los pacientes con un traumatismo nasal se recuperan tras seguir el tratamiento adecuado. En otros casos, dependiendo de la gravedad del trauma, puede que el aspecto anterior a la lesión no se restaure por completo.
Es importante acudir al especialista si, tras recibir un golpe, se perciben anomalías en la nariz, como en la respiración, en la forma, etc. Esto es porque en los primeros 14 días es posible recolocar las desviaciones de los huesos pero más tarde es necesaria una rinoplastia.
Los principales síntomas que debemos tener en cuenta son:
Esta sintomatología puede variar en función del traumatismo y la gravedad de este.
El especialista consultará el origen del traumatismo y los síntomas que presenta el paciente. A continuación observará la nariz y la palpará con los dedos. También puede ser necesario observar fotografías anteriores para conocer el estado previo del paciente.
Es importante realizar una inspección de la pirámide nasal, del tabique nasal y evaluar el paso del aire. Con una rinoscopia podrá evaluar el estado de las cavidades nasales.
Las radiografías pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. Para traumas más complejos el especialista puede requerir una tomografía computarizada, para determinar si afecta a otras estructuras como la cara o la base del cráneo.
Es muy importante hacer una exploración interna, ya que si se acumulan coágulos en el interior, pueden causas necrosis del tabique nasal y deformidades estéticas importantes.
Hay varios motivos que pueden originar traumatismos nasales, entre los que podemos encontrar los siguientes:
Un traumatismo nasal es complicado de prevenir, pero se pueden seguir una serie de consejos que ayudarán a prevenir situaciones de riesgo:
El tratamiento dependerá si se trata de una contusión simple o si se ha producido fractura. Si es un trauma nasal simple y no hay fractura solo hay que tratar el sangrado con un taponamiento. El dolor que puede causar se puede tratar con analgésicos o antiinflamatorios y con la aplicación de una compresa fría.
En el caso de fractura dependerá si se ha torcido la nariz o deformado. En casos más simples puede que no sea necesario el cuidado médico y ser suficiente la aplicación de hielo y la toma de analgésicos.
En desplazamientos o roturas el médico puede realinear la nariz de forma manual o, en casos más complicados, necesitar cirugía. Esta cirugía puede servir para realinear los huesos y dar una nueva forma a la nariz.
Los traumatismos nasales son tratados por especialistas en Otorrinolaringología. Puedes encontrar al especialista que más se adecúe a tus necesidades en el cuadro médico de Top Doctors.
Un tumor cerebral es principalmente el crecimiento de una masa de células anormales que empieza en el cerebro. Pueden ser tanto benignos, es decir, no cancerosos, como malignos, que contienen células cancerosas de crecimiento muy rápido.
Algunos tumores son primarios, es decir, su origen tuvo lugar en el mismo cerebro. Por el contrario, existen tumores que originariamente aparecieron en una parte del cuerpo y que, por metástasis, han llegado al cerebro.
La velocidad con la que crece y avanza un tumor cerebral varía en función del tipo y la persona, y su velocidad de crecimiento y ubicación determinarán cómo afecta al sistema nervioso. Existen números tipos de tumores cerebrales:
En el caso de que el tumor sea canceroso, se habla de una enfermedad grave de pronóstico reservado. El índice de éxito a la hora de tratar el tumor variará en función de cada persona, la ubicación del tumor…
La sintomatología de los tumores cerebrales varía de una forma amplia en función del tamaño, la velocidad de crecimiento y la ubicación exacta del tumor.
Los signos más generales del tumor cerebral pueden ser alguno de los siguientes:
En el caso de que se sospeche de la presencia de un tumor cerebral, el especialista puede ordenar la realización de una serie de pruebas para diagnosticar la presencia del tumor y comenzar —si es necesario— el tratamiento inmediato. Las principales pruebas para diagnosticar el tumor son las siguientes:
Existen tumores que se originan en el mismo cerebro, que son los llamados tumores primarios. Por otro lado, los tumores que se originan en otra parte del cuerpo, pero que acaban afectando al cerebro son los tumores secundarios o los metastáticos.
Los tumores primarios se originan en el momento en el que sus células tienen mutaciones en su ADN. Estas mutaciones permiten que las células se dividan y crezcan más rápido, estas células continuarán viviendo mientras que las sanas morirán. El resultado es una masa de células anormales que forman el tumor.
En personas adultas, el tumor cerebral primario es menos frecuente que el secundario. Existen distintos tipos de tumores primarios:
Por otro lado, los tumores metástasicos o secundarios son aquellos que aparecen originariamente por otro cáncer que aparece en otra parte del cuerpo pero que se acaba manifestando en el cerebro.
Éstos son más frecuentes en personas que han padecido cáncer. Cualquier tipo de cáncer puede extenderse al cerebro, aunque los más frecuentes son el cáncer de mama, el cáncer de colon, el cáncer de pulmón, el cáncer de riñón y el melanoma.
No hay forma de prevenir el cáncer de cerebro, siendo el diagnóstico precoz la forma más efectiva de prevenir su aparición. Algunos factores de riesgo es el nivel de radiación en la cabeza, infecciones por ViH o toxinas ambientales.
Evitar la exposición a factores como cloruro de vinilo, mantener una dieta sana o limitar el consumo de alcohol puede ayudar a que no se formen tumores.
El tratamiento del tumor cerebral depende del tipo, ubicación exacta y del tamaño que tenga el tumor.
Existen distintas formas de afrontar el tumor, por cirugía, radioterapia, radiocirugía, quimioterapia y con terapia con medicamentos.
En ocasiones, la extracción parcial de un tumor puede ayudar a reducir los síntomas.
Una vez que se ha recibido tratamiento, se puede derivar al paciente a Fisioterapeutas, terapeutas, logopedas…
Existen distintos especialistas que pueden tratar este problema, desde Neurocirujanos y Neurólogos, pasando por especialistas en Medicina Interna, Oncólogos, Oncólogos radioterápicos y Radiólogos. Fisioterapeutas, Rehabilitadores físicos y Psicólogos pueden ser muy importantes para afrontar y/o superar la enfermedad.
El cáncer de cabeza y cuello puede referirse a varios tipos diferentes de tumores en diferentes partes de la cabeza y el cuello, incluyendo la boca, los labios, la laringe (caja de voz), la faringe (garganta), las glándulas salivales, la nariz y los senos paranasales. Se trata de un tipo de cáncer relativamente poco común.
El cáncer es una enfermedad en la que un grupo de células en el cuerpo funcionan mal y se multiplican incontrolablemente, formando una masa. Esta masa de crecimiento celular anormal se conoce como un tumor maligno. Las células cancerosas continúan creciendo y dividiéndose, evitan la muerte celular programada y reemplazan a las células normales y sanas, con una tendencia a diseminarse e invadir otros tejidos.
Como todos los cánceres, los de cabeza y cuello pueden ser fatales si no se tratan o si se tratan demasiado tarde. Sin embargo, existen muchos tratamientos para combatir el cáncer y en muchos casos su curación es posible.
Los síntomas dependen del tipo y ubicación del cáncer. Los posibles síntomas pueden ser:
Algunos factores de riesgo varían dependiendo del tipo y ubicación del cáncer, pero fumar y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo para la mayoría de tipos de cáncer de cabeza y cuello.
La exposición a sustancias nocivas, la infección con el VIH, los antecedentes familiares y el género también pueden ser factores a tener en cuenta.
El mayor factor de riesgo para el cáncer de cabeza y cuello es el consumo de tabaco. Consumir mucho alcohol regularmente también incrementa el riesgo. Reduciendo esto o dejando de fumar y beber por completo, se puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer. Sin embargo, no hay garantía del 100 %.
El tipo de tratamiento recomendado depende en gran medida del tipo y ubicación del cáncer, pero algunas de las opciones más comunes par a el tratamiento incluyen:
Estos tratamientos a menudo se utilizan en conjunto para darle al paciente una mayor posibilidad de erradicar el cáncer con el menor daño posible a su cuerpo.
Varios especialistas pueden estar involucrados en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de cabeza y cuello. Los oncólogos especialistas en el tratamiento del cáncer, mientras que los otorrinolaringólogos y los cirujanos orales y maxilofaciales pueden intervenir al paciente dependiendo de la ubicación del tumor.
Las vegetaciones o adenoides son unas glándulas similares a las amígdalas que se ubican en la mitad de la nariz, en la parte posterior de la garganta, en el punto de encuentro de las fosas nasales, la garganta y las trompas de Eustaquio. Durante la infancia forman parte del sistema de defensa del organismo ante infecciones. Su función principal es retener y captar sustancias que podrían ser nocivas para el cuerpo (bacterias, virus o polvo). Una vez captadas, las procesan y activan la respuesta inmune o defensas.
Las vegetaciones causan problemas en la infancia cuando crecen más de lo normal (ya sea de manera natural o por infecciones de repetición en las vías aéreas). Y es que las vegetaciones aumentan de tamaño desde el nacimiento hasta que el niño cumple 4 años, y después se reducen hasta casi desaparecer en la vida adulta. El aumento de su tamaño es consecuencia de infecciones, cuando el sistema inmunológico está trabajando. Todos los niños pequeños suelen sufrir dicha patología pero cuando empiezan a aparecer síntomas es cuando se considera un problema.
El aumento del tamaño de las vegetaciones es consecuencia de infecciones sucesivas, algo que no sería grave si no fuera por su ubicación, ya que el aumento de su tamaño genera un aumento de la mucosidad, obstruyendo la nariz del niño y bloqueando que entre aire a los oídos por las trompas de Eustaquio. Este taponamiento provoca otitis (infección del oído) y rinofaringitis (inflamación de la rinofaringe). Si hay un agrandamiento de las vegetaciones hay infección. Al crecer la adenoide la ventilación es peor, lo que ayuda a que haya infección. Y si el aire pasa pero contiene gérmenes se produce una infección que, a su vez, hace crecer las vegetaciones.
Los síntomas de vegetaciones empiezan a desarrollarse al obstruirse la vía aérea superior. Algunos de los síntomas que pueden aparecer son:
Las vegetaciones no pueden observarse con una simple exploración de la garganta, por lo que, para diagnosticarlas, el especialista deberá realizar un examen físico para evaluar si han aumentado su tamaño. También puede llevarse a cabo una radiografía lateral de la faringe y ver el tamaño. En casos graves en que se asocie apnea del sueño deberá hacerse un estudio de esta para valorar la intensidad de los episodios.
Las vegetaciones pueden aparecer de manera natural (normalmente en el desarrollo fetal) o desarrollarse en el periodo escolar como consecuencia de infecciones de repetición en las vías respiratorias (catarros o resfriados).
Algunas vegetaciones pueden ser originadas por el virus del Streptococcus o por el virus del Epstein-Barr, entre otros.
En personas en que las vegetaciones se han desarrollado desde el feto tendrán más posibilidades de sufrir los síntomas desde pequeños, incluyendo más de los síntomas normales y más infecciones de las vías respiratorias, así como facilidad para resfriarse. Asimismo, las personas con vegetaciones tienen más riesgo de sufrir amigdalitis, dolor de cabeza y garganta.
No se pueden prevenir las vegetaciones. Sin embargo, sí pueden evitarse las consecuencias que los síntomas puedan tener en el niño. Se recomienda acudir al especialista en Otorrinolaringología cuando el niño presente los primeros síntomas: dificultad para respirar por la nariz o ronquidos durante la noche.
Lo primero que hará el especialista será administrar antibióticos para bajar la infección en las amígdalas, adenoides y senos paranasales. Esto hará que se reduzca la producción de mucosidad y se liberarán las fosas nasales, pero no del todo la inflamación.
No obstante, lo más recomendable cuando se asocian todos los demás síntomas es la extirpación quirúrgica de las glándulas adenoides, normalmente junto con las amígdalas, para evitar posibles complicaciones. La operación se lleva a cabo con anestesia general y por vía oral, y consiste en el legrado (raspado) de las adenoides o vegetaciones que sobresalen de la mucosa. Es una intervención muy breve que dura unos 40-50 segundos. Tras ello el niño estará 45 minutos en el centro y volverá a la consulta en una semana, para revisión con el especialista. Es preferible que la operación se realice a los 2 años de edad pero si el niño tiene otitis graves de repetición o seromucosas (con líquido en el interior del oído), es independiente la edad en que se realice. Si el niño es menor de 9 meses el especialista estudiará la mejor manera de tratarle, normalmente sin cirugía.
El especialista que trata las vegetaciones es el experto en Otorrinolaringología. En concreto las vegetaciones son tratadas por el especialista en Otorrinolaringología infantil.
El vértigo es la sensación que tiene un individuo de que todo a su alrededor se desplaza o da vueltas. Es importante diferenciar el vértigo del mareo: el mareo es la sensación de inseguridad o inestabilidad, mientras que el vértigo es una sensación de movimiento y pérdida del equilibrio, que puede durar varias horas o días. Puede darse a cualquier edad, aunque aumenta su incidencia entre los 40 y 60 años, mayormente en mujeres.
Hay dos formas generales de vértigo que provocan distintos síntomas:
Vértigo periférico: en el cual el sistema vestibular está dañado, es muy intenso y afecta de forma episódica. También conlleva pérdida de audición y nistagmo el movimiento espasmódico e involuntario de los ojos en dirección horizontal, vertical o rotatoria.
Vértigo pentral: se da por lesiones en los niveles encefálicos. En estos casos, el vértigo es menos intenso pero continuo, y no se acompaña de pérdida de audición. También puede ir acompañado de nistagmo.
Actualmente se han registrado más de 300 causas de vértigo, como:
Para curar el vértigo el primer paso es conocer la causa, para atacar el causante en cuestión. Es muy importante llevar a cabo el tratamiento bajo la prescripción de un médico. En algunos casos se administrará tratamiento farmacológico, así como en otros puede necesitar cirugía, sobre todo en caso de tener que solucionar algún problema auditivo.
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